"La culpa es del indio": El periódico La Nación se suma a la andanada contra el gobierno de Bolivia

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Por Ignacio Dobles Oropeza

La Nación, tenía que ser La Nación.
No se vaya a creer que es casual, es una línea de editoriales que se empieza a manifestar en el continente, empezando por el Washington Post. Me refiero al editorial del día de hoy, 17 de septiembre, titulado “Escalada fatal en Bolivia”.

No les satisface, a estos demócratas de a ratos, que por primera vez en la historia de Bolivia se tenga a un gobierno de las mayorías, dispuesto a emprender cambios para que Bolivia sea un país para TODOS los bolivianos. Estamos hablando, después de todo, del país de gamonales y latifundistas, de capitalismo colonial, como se ha caracterizado alguna vez en los medios.

Es también el país de un presidente que pronunciaba mal su idioma, y no por ser indio
, acusado de genocidio y que hoy está protegido en Miami, y conspirando. No es suficiente, tampoco, que Evo Morales haya sido ratificado recientemente en un proceso electoral por casi un 70% de la población, y que, por otro lado, el gobierno haya estado dispuesto a negociar incluso con sus mas acérrimos opositores temas como la autonomía de las regiones.

Tampoco parece importar que los presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas acaban de dar un respaldo unánime a Morales, y que en un hecho histórico, de grandes implicaciones, sea por una vez la región la que lidie con sus problemas y no el engendro de la OEA con la presencia intimidatoria de la nación del norte.

Pero esto no tiene importancia para el editorialista. Apenas habían abandonado la reunión los mandatorios, adoptando resoluciones cruciales de apoyo a la democracia boliviana y su soberanía, y a los procesos de negociación, cuando se sentaba, con evidente parcialidad , a emprenderla contra el gobierno boliviano, y de paso, apoyando la subvesion violenta de las instituciones.

La lógica es tramposa: menciona el editorialista “la muerte, al menos de dos decenas de personas, en enfrentamientos entre grupos adversarios y favorables al presidente Evo Morales”.

Es decir “violencia por igual”, responsabilidad paritaria de las partes. Poco le faltó para citar al prefecto de Pando, formador de escuadrones de la muerte, cuando dice que los indígenas asesinados en Pando “iban armados”.Curioso “enfrentamiento armado” este, cuando los muertos parecen estar de un solo lado.

Para La Nación, un crimen de lesa humanidad, bien documentado, con decenas de testigos, y que hasta fue filmado, se convierte en una especie de película de acción. De rifles contra flechas. No cuenta la sangre de indígenas y campesinos, de hombres, mujeres y niños. Se encubre el crimen. Se defiende la impunidad.

Como si el mundo entero no hubiese sido testigo, desde hace ya algún tiempo, de las golpizas y humillaciones publicas propinadas por las hordas facistas-autonomistas a campesinos e indígenas, culpables de ser partidarios de su presidente democráticamente electo y ratificado.

El prefecto de Pando, de apellido Fernández, ha sido detenido y es señalado como responsable del asesinato a sangre fría de hombres, mujeres y niños que pacíficamente se desplazaban por la vía publica, dirigiéndose a una concentración de su organización campesina. Dicho señorón está siendo sometido a la justicia. Pero veamos lo que escribe el editorialista de La Nación, siguiendo exactamente el guion de los opositores violentos:

“A menos de 24 horas de haber comenzado (el diálogo con los otros prefectos) las conversaciones se rompieron ayer, tras el arresto de uno de los gobernadores, lo cual, como era de esperarse, condujo al retiro de la oposición”.

El editorial parece haberse escrito en una prefectura de la llamada “media Luna”.
Ni una palabra sobre la sangre de inocentes, la toma violenta de instalaciones públicas, la matonería desorbitada de las horas de la “juventud cruceña” o grupos similares. Ni una palabra sobre las acusaciones de intervención del Gobierno de los Estados Unidos. Para el editorialista de La Nación, la culpa es del “indio”.

Casi totalmente. Al final, si, viene la frasesita de que la oposición boliviana, agrupada alrededor de las pretensiones autonomistas de las regiones más prosperas del país, no es ajena a las culpas. También sus representantes han atizado la confrontación y han acudido a dudosas vías de hecho” ¿y al genocidio, no han acudido al genocidio, también? Pero a reglón seguido, después de esta palmadita, concluye el editorialista que el “mayor combustible” para el conflicto viene del gobierno de Morales.

Para la Nación
, ¡que vergüenza¡ la sangre de indígenas y campesinos no cuenta, la intimidación fascista tampoco. ¿Habrá escrito este editorial el “exdiputado boliviano”, columnista recurrente del diario de Llorente, quien en un artículo reciente acusó a Morales hasta de vínculos con los “musulmanes terroristas”.

“La culpa es del indio maldito” parecen decir, sin mucha elegancia, desde Llorente.



El énfasis es nuestro




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Fuente Wikipedia






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