Buenos Perdedores Octubre8

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Por Fernando Contreras

No nos diga nadie malos perdedores:

Los pueblos son los grandes perdedores. Los generales se llevan las estrellas; pero los pueblos siempre ponen los muertos, siempre ponen el dolor y la rabia.

Perdimos el referéndum por el TLC en una batalla desigual. Perdimos contra una campaña millonaria, de dineros nacionales y extranjeros. Perdimos contra una propaganda vulgar, nacional y extranjerea. CNN y el gobierno criminal de gwbush metidos hasta el tuétano en nuestros asuntos, y el miedo fue el gran triunfador.

No culpo a las gentes sencillas que para nada están en la obligación de entender y desmontar las mentiras de la oficialidad y de su prensa cómplice. Las gentes temen por sus trabajos!

Culpo a los desalmados que engañan a las gentes sencillas y además, lo ponen por escrito. Culpo a los corruptos que subastaron el país en las montañas guatemaltecas, y vinieron después a rasgarse las vestiduras por los pobres. Culpo a los empresarios que amenazaron a los trabajadores con cerrar puertas sin responsabilidades patronales. Culpo a la prensa cómplice, despiadada, que retuerce y manipula a su antojo la realidad para volverla a su favor.

Y me culpo a mí mismo y a los míos por no haber trabajado lo suficiente en estos cuatro años de lucha, por no haber sido suficiente nuestra fuerza.

''Los inmorales nos han igualado', como reza el tango. Y hoy el país amaneció por fin en manos de los cínicos, para que lo malbaraten a su antojo, para que dilapiden el futuro, para darle el tiro de gracia a la utopía.

Dijo Gandhi Alma Grande: ''Es injusto todo orden económico que ignore o que desprecie los valores morales. el hecho de extender la ley de la no violencia al terreno de la economía, significa nada menos que considerar los valores morales en la fijación de las reglas del comercio internacional'.

Lo que hoy celebran los empresario-políticos que, por un pichuleo de votos, se hicieron con el poder en este país, al pueblo le dolerá con el tiempo, con los años, como le duele al campesino mexicano, como le duele siempre a los perdedores de siempre.

Perdimos, y quizá lo que más duela sea la certeza de que nunca empresarios y políticos hubieran invertido la cantidad de dinero que invirtieron, si la causa hubiera sido para favorecer los intereses y necesidades del pueblo.

Dimos la batalla, luchamos con el corazón por defender lo que creemos, auténtica y desinteresadamente. Luché, y a mi lado luchó mi madre, luchó mi hermana, lucharon mis amigos, que son también mi familia, y luchamos al lado de miles de desconocidos que en esta batalla desigual se dieron como amigos y como familia.

Creo firmemente que hicimos lo correcto, que seguimos el mandato del corazón, en igual medida que el de la razón. Cualquier cosa se podrá decir de todos nosotros, del gran corazón del NO, pero nunca nos podrán llamar cómplices de los que malbarataron el país.


Fuente Red Cultura


Carta pública al TSE, Giovanni Beluche Velásquez

Stravaganzza, Alfonso Chase

En el referéndum, ¿quien ganó, quién perdió?, Flora Fernández



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