Referéndum ¿otro memorando del miedo contaminando la elección de Alcaldes?

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Por Emilia González


Muy mal hecho y peligroso el que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) amontone la convocatoria al referéndum sobre las uniones civiles entre personas del mismo sexo con las elecciones de Alcaldes y Concejos de Distrito.

So pretexto de ahorrar dinero o de ensayar el voto en el exterior, la propuesta es perversa por donde se la mire: confunde y hace uno las elecciones municipales, acto propio de las democracias representativas, con una consulta popular que podría terminar cercenando derechos reconocidos internacionalmente a las minorías, acto propio de los totalitarismos.

De antemano, a contrapelo de la normativa electoral, el TSE abre la puerta de par en par a la participación activa de la jerarquía católica costarricense y su ejército de curas, para que desde púlpitos y parroquias influyan indebidamente en una elección democrática junto a un referéndum improcedente. También autorizará al Gobierno para que participe en el referéndum, como lo hizo en el anterior. ¿Cómo diferenciar la intervención gubernamental con respecto al referéndum, de la otra, PROHIBIDA para las elecciones a Alcalde?146 Código electoral

En consecuencia, el TSE planta tema único de campaña electoral e influencias indebidas ajenas totalmente a los intereses, necesidades y demandas de las comunidades en sus municipios.

¡Olvídense de los problemas reales de los municipios! Lo importante será sí se está o no de acuerdo con la fantasía de familia única: papá, mamá, chiquitos. Dejando de lado que más del 29%, de los hogares están jefeados por mujeres, que de cada 100 bodas efectuadas el año pasado, 76 las realizó un abogado , que se estima en poco más de 600.000 personas las que viven en unión libre y, además, que sólo en el 2007 se reportaron más de diez mil divorcios.

Plantado el tema de las uniones civiles entre personas del mismo sexo, que es materia de protección y garantía de cumplimiento obligado del Estado, abiertos los portillos para que se metan quienes no deben, los candidatos a Alcaldes y Concejos de Distrito ¿podrán ejercer el libre albedrío de expresar su verdadera opinión? ¿o sucederá de que ¡Ay de aquel o aquella que diga lo contrario a lo que manda la jerarquía de la Santa Iglesia y la Hija Predilecta de la Virgen!

No faltarán, presumo, los millones en campañas mediáticas financiadas por diversas jerarquías religiosas de aquí, de allá y de los reverendos o pastores justos o buchones, que terminarán satanizando a quienes aventuren posiciones medianamente racionales, democráticas, científicas o seriamente jurídicas al respecto.

La misma receta del Memorando del Miedo aplicada a las elecciones de las Alcaldías municipales. Este referéndum desparramará miedo a la tolerancia, miedo al respeto al otro, miedo al diferente, al que piensa distinto; aversión, odio, prejuicio o discriminación contra personas homosexuales. Aprovechará el andamiaje gubernamental y lo que está detrás para torcer voluntades, una vez más.

Y de paso, impedirá el avance de fuerzas remozadas en las municipalidades, que reflejaron en las pasadas elecciones nuevas composiciones y acomodos políticos, que les arrebataron el poder total y el ejercicio autoritario a los grupos tradicionales y desgastados, muy olorosos a incienso y rosarios, hoy amenazados desde el ámbito local, en su política fenicia de los negocios, dónde lo público y lo publicitario se confunden, la política y la farándula son una, la libertad de expresión es obstaculizada, el acceso a la información es restringido y la opacidad es regla y todo ello se adereza con una fuerte cuota de relativismo en términos de Derechos Humanos y de brutal indiferencia hacia el bien común.

¿Qué nos pasa a los ciudadanos y a los partidos políticos que no decimos “esta boca es mía” frente a tanto atropello a la razón democrática?


Fuente Nuestro País



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