La designación, como negociador, del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, salió como el "as de la manga" de las transnacionales, militares y oligarquías de Centroamérica que dieron el Golpe de Estado en Honduras, pero que se les hace imposible de mantener por más tiempo.
El mejor aliado en las negociaciones para la defensa de los intereses de los grupos golpistas es el mismo Arias, financiado y respaldado por ellos en la campaña electoral que lo llevó a la Presidencia de la República por un margen muy estrecho, tras haber torcido brazos a magistrados de la Sala Constitucional para que le permitieran la reelección.
Posteriormente, a manos llenas, transnacionales y la oligarquía centroamericana le financiaron la campaña para aprobar en referéndum fraudulento el Tratado de Libre Comercio (TLC), con los Estados Unidos.
El mandatario costarricense cumplió con sus compromisos, tras la buena paga, pero hoy resurge, después de estar olvidado, en una negociación como “mediador”, cuando en realidad está descalificado como tal tras haber tomado posición de condenar el golpe al Presidente Constitucional de Honduras, Manuel Zelaya Rosales.
Esa condena de Arias no ha sido tomada en serio por la comunidad internacional, principalmente por el Movimiento Social de Latinoamérica y por la mayoría de los gobiernos de la región, ya que según lo reconoció el propio Canciller golpista, Enrique Ortez Colindres, el mandatario costarricense fue informado del golpe.
Así lo señaló Ortez a la BBC de Londres: “En la ley de Honduras está establecido que las sentencias notificadas y que tienen fuerza ejecutoriada deben cumplirse inmediatamente. Si no lo hacen, entonces viene lo que se llama un requerimiento fiscal para que la persona lo cumpla y si no, queda detenido jurídicamente; es decir, es un reo, es un preso y nosotros creímos que en vez de producir un riesgo para él y para su familia debería sacarse para mayor garantía a un país democrático como creemos que es Costa Rica”.
“Se habló con el presidente (Oscar) Arias y él estuvo de acuerdo, para evitar una tragedia, en recibirlo en el país”, dijo el diplomático golpista.
Cabe mencionar que no existió un debido proceso para conducir al secuestro y expulsión de Zelaya, como lo señala la Constitución Política de la República de Honduras, lo que acrecentó el rechazo, inclusive de mandatarios como Alan García, de Perú, y Álvaro Uribe Vélez, los más connotados neoliberales latinoamericanos.
Tras aceptar la mediación de su homólogo de Costa Rica, en un proceso que restituya la legalidad en su país, Zelaya recalcó que este acuerdo no significa, de ninguna manera, negociación con los usurpadores en Tegucigalpa.
"No estamos haciendo negociación alguna. Hay cosas que no son negociables..., la restitución del gobierno legítimo no está en discusión en ninguna parte, ni en la OEA ni en la ONU...Mal haría su servidor, como Presidente electo que soy, de ir a negociar. Yo no voy a traicionar los principios del pueblo, que está luchando en las calles".
Sin mencionarlo, el jefe de Estado Constitucional de Honduras resaltó que su fortaleza está en el rechazo unánime internacional a la dictadura golpista y advirtió que su país está paralizado por la protesta en la calle, de la mayoría del pueblo.
"Mi esposa y mis hijos han salido a las calles a apoyar al pueblo... Anteayer se asesinó a una persona en una marcha pacífica, usando los rifles de la Fuerza Armada", destacó Zelaya.
"Eso requiere que busquemos una salida, una solución dentro del respeto al orden constitucional. No estamos ni traicionando ni negociamos, no estamos dejando solo al pueblo".
"Mi gobierno termina el 27 de enero de 2010, ni un día más., pero tampoco ni un día menos", dijo tajantemente.
"Que quede claro: no se trata de una negociación, sino la planificación de la salida de los golpistas del país", aseveró con vehemencia el Presidente Zelaya.
Con las declaraciones de Zelaya han quedado claros los términos de la negociación, no así de los integrantes de la junta golpista, quienes hablan de concertación y condiciones para el retorno del Presidente Constitucional.
Al parecer, según fuentes diplomáticas latinoamericanas consultadas por este medio, quien va a encontrar escollos para salir airoso con una propuesta sólida de negociación es el presidente costarricense.
Las propuestas de Roberto Micheletti, el presidente golpista, irían encaminadas a definir garantías para todos los golpistas, el papel que seguirán jugando las Fuerzas Armadas en lo que queda de Gobierno de Zelaya y en adelante, qué pasará con los altos mandos de ese Ejército, de los miembros de la Corte Suprema de Justicia y de los parlamentarios, que por mayoría respaldaron el Golpe.
Paralelo a los preparativos de las negociaciones y su primer encuentro en la tarde de este jueves, la fortaleza de las manifestaciones y el apoyo del pueblo y sus organizaciones a la lucha por el retorno al poder, por parte de Zelaya, serán los indicadores para que el mandatario hondureño sea quien haga la propuestas más exigentes.
Entre tanto, para Arias será una tarea de vigilar y defender los “derechos” que puedan perder sus aliados los empresarios neoliberales hondureños y las transnacionales, respaldadas por las Fuerzas Armadas, así como éstas.
Arias también está en la encrucijada de lograr que las partes lleguen a un acuerdo que no traicione al pueblo de Honduras, ni que condicione la política exterior de Zelaya Rosales, rechazada por todos los sectores golpistas.
Tras más de un siglo de bipartidismo, con acuerdos que siempre repartieron el poder para la oligarquía en perjuicio del pueblo, esta vez será de frente al soberano, que se moviliza en las calles con marchas, huelgas y bloqueos. La traición a los derechos logrados por el pueblo no está en discusión, Zelaya le mostró otro camino lleno de solidaridad para el desarrollo de Honduras.
Zelaya también tiene presente el Golpe de Estado en Haití, el otro país más pobre de Latinoamérica, y lo que sucedió con el pueblo tras el retorno de Bertrand Aristide, tras las imposiciones de Washington. Los haitianos perdieron. Hoy son otros tiempos y otros actores.
Fuente Nuestro País
Foto Getty Images
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