- De la agencia británica de noticias Reuters
El presidente hondureño, Manuel Zelaya, dijo en entrevista con Reuters que a través de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), un proyecto integracionista de Chávez al que su Gobierno se adhirió el lunes, Honduras recibiría cooperación por hasta US$ 400 millones anuales.
Esta cifra es el doble de la ayuda que recibe de organismos internacionales como el Banco Mundial y del propio Gobierno de Estados Unidos, su viejo aliado sobre todo en tiempos de la Guerra Fría, cuando usaba su territorio para operaciones de combate contra guerrilleros izquierdistas en la región.
“Yo he estado buscando proyectos con el Banco Mundial, el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), Europa y he encontrado una respuesta bastante prudente, bastante moderada. No tienen fondos de emergencia y eso nos obliga también a acercarnos a nuevas formas de financiamiento como el ALBA,” dijo Zelaya la noche del lunes.
Horas antes, Zelaya, un empresario agropecuario que se define como de centroizquierda, había firmado la adhesión de Honduras al ALBA en un acto multitudinario junto con Chávez; el presidente de Bolivia, Evo Morales; el de Nicaragua, Daniel Ortega; y el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage, pero bajo críticas de empresarios y políticos.
Estos países, junto con Dominica, son los miembros del ALBA, que impulsa la integración comercial y de asistencia financiera entre los países miembro y nació para combatir al ALCA, una fallida iniciativa de libre comercio continental de Estados Unidos basada en el libre mercado.
La cooperación de Venezuela incluirá desde la inyección de fondos al banco hondureño de apoyo a la agricultura, además de la venta de petróleo con ventajosas condiciones de crédito y ayuda alimentaria para la nación más pobre de América después de Haití y Nicaragua.
Pobreza, sin idelogía. Zelaya dijo que la pobreza en Honduras, que afecta a siete de cada 10 personas, muestra que la tradicional alianza con Estados Unidos no ha funcionado.
“El hecho de que durante décadas y décadas hayamos mantenido una relación hegemónica con Estados Unidos no creo que nos haya beneficiado a todos los hondureños,” reflexionó en un salón de la casa presidencial, vestido de traje y botas vaqueras.
Una muestra de ello, dijo, es que cada vez hay más inmigrantes hondureños en Estados Unidos, que envían al país remesas que son el sostén de muchas familias pobres.
La adhesión al ALBA ocurrió en medio de críticas de políticos, incluso del Partido Liberal de Zelaya, y de empresarios, que temen que el acercamiento a Chávez dañe las relaciones con Estados Unidos, su principal socio comercial y de inversiones.
Chávez es un acérrimo crítico de Estados Unidos, cuyo Gobierno a su vez lo acusa de utilizar los enormes recursos petroleros de Venezuela para aumentar su influencia en Latinoamérica.
Zelaya dijo que los empresarios deben entender que no se trata de ideologías, sino de que el ALBA es la única alternativa a la vista para combatir la pobreza dado que acuerdos como el Tratado de Libre Comercio (TLC) de Centroamérica con Estados Unidos no han permeado a la población y sólo han beneficiado a algunas compañías.
“La guerra entre comunistas y derechistas ya terminó, y si lo que tenemos no nos está dando los resultados, tenemos que girar hacia alternativas como el ALBA”, justificó Zelaya.
Fuente Tribuna Democrática
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