- En los Tratados de Libre Comercio siempre hay ganadores y perdedores, y el acuerdo entre México y la Unión Europea en vigor desde el 1 de julio de 2000, no es la excepción.
De acuerdo con información proporcionada a la BBC por la Agencia de Estadísticas de la Comunidad Europea (Eurostat), el comercio bilateral aumentó de US$24.026 millones en 1999 a US$50.713 millones en 2007.
Pero contrario a lo previsto en su momento por los negociadores mexicanos, el acuerdo no disminuyó el déficit comercial con los europeos, sino aumentó, pasando de US$8.715 millones a US$13.920 millones de euros entre 1999 y el 2007.
La inversión de los europeos también incrementó, así como la llegada de empresas europeas al país, actualmente unas 7.700, con lo cual la Unión Europea se ha posicionado como la segunda fuente de inversión directa, acumulando más de US$47.000 millones en los últimos 12 años.
Pero según un documento entregado al Parlamento Europeo por el senador del Partido de la Revolución Democrática, Pablo Gómez, la inversión no es de buena calidad, pues 40% está invertido en el sector servicios.
Además subraya que los bancos europeos y el Citigroup de Estados Unidos controlan ya 95% de la banca mexicana y los bancos españoles ganan más por dólar invertido en México que en cualquier otra parte del mundo.
Vencedores
El comercio intrafirma y las grandes trasnacionales europeas han resultado ser las principales ganadoras de la creación de la zona de libre cambio, sostiene un estudio publicado por Movimiento Mundial por el Desarrollo (WDM, en sus siglas en inglés).
La organización reconocida por ser cofundadora del Movimiento del Comercio Justo, sostiene que los europeos han expandido su dominio en sectores estratégicos como turismo, compras públicas, servicios financieros, agua y electricidad.
"La teoría detrás de la apertura de mercados por parte de dos países es que ésta beneficia a ambas partes", sostiene el informe que circulará durante la cumbre Eurolatinoamericana que se celebra en Lima el 16 y 17 de mayo.
"Sin embargo, a través de un amplio rango de industrias, con diferentes necesidades de inversión, tecnología y capacidades, el acuerdo entre la UE y México parece haber resultado en una vía de un solo sentido: un gran aumento de importaciones provenientes de la UE. Y esta vía no lleva ni a la prosperidad ni al desarrollo".
Según el análisis, con el tipo de acuerdo establecido, México renunció a su capacidad de regular cómo las empresas europeas deben operar en el territorio y perdió la oportunidad de promover la transferencia tecnológica, el uso de proveedores nacionales, la creación de empresas conjuntas y la reinversión de cierta parte de las ganancias.
El documento estima que las ganancias anuales sacadas del país por parte de las compañías europeas pasaron de US$2.400 millones a US$4.500 millones, entre 1990 y 2005.
Tan sólo en el sector turismo, se estima que el 92% del dinero generado por las compañías italianas y españolas que operan en la Ribera Maya es enviado a Europa.
Todo bajo control
El titular de la Misión de la Secretaría de Economía ante la UE, Roberto Reyes, resta importancia al déficit comercial con los europeos.
"Casi el 80% de las importaciones de Europa son bienes de capital, bienes intermedios, es decir equipo y maquinaria que tiene un destino positivo porque ayuda a desarrollar la industria nacional", explicó a la BBC el funcionario mexicano.
"La inversión también es positiva, porque son capitales que llegan para fundar empresas, crear empleo e infraestructura. ¿Cuánto ganan y qué hagan con su dinero? Ésa ya no es nuestra competencia."
La UE puede establecer estándares, pero la inspección interna corresponde a los países. Así que las acciones contra una empresa que actúa de manera incorrecta es un asunto de las autoridades nacionales y no de la Comisión Europea.
"Si ocurriera en México con una empresa europea, correspondería actuar a las autoridades mexicanas", dijo en entrevista Vladimir Spidla, Comisario Europeo de Asuntos Sociales.
Por su parte, Petros Mavromichalis, Jefe de la Unidad para México de la Comisión Europea, ha explicado que los bancos europeos no actúan filantrópicamente en México y mientras no violen la ley, no hay por qué quejarse.
Fuente BBC Mundo
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