Recuperemos la democracia

“…Vos que le echás la culpa a bolivianos y peruanos, a los que cortan rutas o están sus tierras reclamando, no seas tan tarado, el que te jode está a tu lado Los diarios le dan tapa y la tele un buen horario, se sienta a cualquier mesa a negociar la sangre nueva…”

León Gieco

La campaña recuperemos la paz tiene un propósito claro y evidente: atemorizar a la gente, hacerla sentirse impotente y convencerla de que la única forma de enfrentar la delincuencia es aplicando “mano dura”. ¿Será cierto?

Cuando decidí entrar a recuperemoslapaz.org pensé que iba a encontrar una sección que me permitiera saber quienes son los que están detrás de esta iniciativa, pero no hay información clara. ¿Por qué no quieren que sepamos quienes son? ¿qué ocultan? ¿quién los financia?

Lo único que encontré fue un foro con comentarios que apelan al uso de la fuerza y a cometer delitos de lesa humanidad (desapariciones, exterminio, ejecuciones, esterilización forzada). Además, se insiste en la supuesta necesidad de instaurar la pena de muerte y de reestablecer el ejército. Yo me pregunto, ¿así se recupera la paz? o ¿será que quieren la paz de los cementerios?

De lo único que se habla es de “seguridad ciudadana” entendida como: más policías, leyes más duras y más represión. Lo que nadie dice es que ya a principio de los años ochenta se endureció la ley penal y se aumentaron las penas. Pasamos de un máximo de 25 años de cárcel a un máximo 50 años de cárcel. ¿Sirvió de algo? ¿se disuadió a los delincuentes? ¿tenemos hoy una sociedad más segura? No.

La seguridad ciudadana es mucho más que armas, policía y represión.

Seguridad ciudadana es que nadie lucre con lo que nos pertenece a todos, es que la gente tenga acceso un trabajo digno y bien remunerado, que a la gente se le respeten todos sus derechos, que tenga acceso a servicios públicos universales y solidarios, que sus hijas/os tengan acceso a una educación pública de calidad, que si se enferma sepa que va a recibir atención médica porque cotiza, y los patronos y el estado no evaden sus responsabilidades ni se roban lo que nos pertenece a todos, que la gente tenga un lugar digno donde vivir, que pueda alimentar y vestir a su familia, que pueda soñar y tener esperanza. Eso es seguridad ciudadana.

¿Cómo esperan solucionar los problemas si ignoran las causas? Desde hace muchos años nuestra calidad de vida de se ha deteriorado. Ahora nadie tiene nada garantizado, no importa si se estudia, si se trabaja de sol a sol, si se cotiza o si se ahorra, no hay nada garantizado.

Por ejemplo, si el día de mañana me enfermo de algo grave ¿Podré tener acceso a las medicinas que necesito? ¿tendré que comprarlas “por fuera”? ¿me alcanzará? ¿tendré una cama en un hospital de la CCSS? ¿recibiré mi tratamiento o mis medicinas? ¿tendré que vender hasta el alma para poder pagar el tratamiento en un hospital privado?

¿Tendré pensión cuando sea adulta mayor? ¿alguien se robará todo mi esfuerzo? No se, y usted tampoco. Todo esto va fomentando un terrible sentimiento de frustración y la frustración se convierte en violencia.

En un país donde no hay oportunidades, ni solidaridad, ni acceso a lo básico para tener una vida digna, no hay ni podrá haber seguridad ciudadana, así de sencillo.

Creo que nadie debería apoyar una campaña que no aclara quien la financia y quien la dirige. No seamos incautos, la delincuencia no se limita a los delitos “callejeros”, también existen los delitos de cuello blanco. La impunidad de los poderosos está siendo invisibilizada y es la que destruye nuestras instituciones democráticas y nuestro futuro.

No puede haber paz ni democracia si el Estado está secuestrado por la corrupción, la mentira y la impunidad.

¡Más solidaridad y menos represión!