Señor:
Nosotros los que sembramos la tierra. Hombres y mujeres que sabemos trabajar duro. Los que ganamos el pan con el sudor de la frente, los que creemos en el poder de la semilla, los que sabemos del poder que encierra lo pequeño e insignificante.
Nosotros los que fecundamos el suelo con el trabajo, los campesinos de Costa Rica, la base de la nacionalidad, los labriegos sencillos pero inteligentes.
Líbranos Señor de los que dicen que los campesinos somos cosa del pasado.
Nosotros no creemos que debamos desaparecer como clase social ni como cultura agraria. No queremos vivir en los tugurios de las ciudades, ni emigrar a los Estados Unidos.
Pero te pedimos que nos libres de competir con productores subsidiados de otros países. Subsidiados con miles de millones de dólares.
Líbranos de los expertos en promesas que nunca cumplen.
No nos dejes caer en las garras de los que dicen: tengo el poder económico suficiente para informar y desinformar, para que la verdad parezca mentira y la mentira parezca verdad. De los que piensan: puedo comparar votos y algún que otro diputado y con suerte también jueces.
Nosotros no tenemos plata para realizar millonarias campañas publicitarias, pero te tenemos a Ti, que eres el camino, la verdad y la vida. No sabemos sobornar a nadie, pero confiamos en tu misericordia.
Danos valor para la lucha. Danos la fortaleza de tu paz.
Que nuestras autoridades espirituales estén llenas de tu Espíritu.
Señor, sé bondadoso con nosotros en esta hora crucial. Derrama tu abundante generosidad también sobre nuestros aliados: los sindicalistas. Los del ICE que llena la Patria de luz. Los trabajadores de los hospitales y centros de salud. ¡Cuántas veces las manos de las enfermeras y médicos han sido tus dedos misericordiosos!
Une en una sola voluntad a los sindicatos con los estudiantes universitarios y los liceístas y colegiales, los maestros y profesores, los políticos dignos, los empresarios patriotas. Derrama tu gracia también sobre los pastores de otros confesiones religiosas, y también a los de religión indígena. Ilumínanos con tu serenidad. No nos dejes caer en la tentación del individualismo, de los intereses divisionistas. Danos la dicha de una coordinación respetuosa e inteligente.
Señor, en ti confiamos. Tu has sido siempre nuestra fortaleza. Tu has sido nuestro refugio de generación en generación.
Amén.
Fuente Vanguardia Popular
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