“Primero te ignoran, luego se burlan, después te combaten, entonces ganas.”
Gandhi
Por Laura Mc Quiddy G.
A pesar de estar a un costado de la Casa Presidencial, las autoridades de gobierno no se han molestado en dar tan solo unos pasos, para entablar una conversación con quienes demandan que se derogue el decreto que declara de interés nacional el proyecto minero en Crucitas.
Los ayunantes llevan ya más de 140 horas en medio del frío, el hambre y la indiferencia de las autoridades gubernamentales, pero en contraste encuentran la calidez de quienes creen en la causa que defienden, reciben visitas de solidaridad y bocinas que pasan al lado de donde se encuentran suenan reiteradamente como expresión de agradecimiento a esta iniciativa.
Paradójicamente alrededor de los ayunantes se pueden ver cercas y un grupo de policías, no así una Cruz Roja o un asistente que se preocupe por la salud y asistencia a los ayunantes. Pero existe gente solidaria, como Rodrigo Cabezas, aunque es cirujano de tórax se ha acercado diariamente para atender a los ayunantes, llevar el control de peso y darles recomendaciones.
Jeannete Rojas es ayunante y vecina de la Zona Norte. La activista y agricultura lamenta que el país apueste a actividades cortoplazistas y de destrucción como lo es la minería. Ella relata parte de lo que han vivido y las razones del porqué sumarse a este movimiento.
Hernán Alvarado es vecino de San Rafael de Guatuso es ayunante y con humildad y sencillez explica la importancia de impedir que el proyecto Crucitas se ejecute.
El día de ayer, representantes de Ni una Sola Mina y del Frente Norte de Oposición a la Minería, entregaron la petición formal de la derogación del decreto a un funcionario de Casa Presidencial. Junto a la misiva las más de 15 mil firmas ciudadanas que respaldan la petición.
Activistas sociales sostienen que la intención del gobierno es medir fuerzas y esperar a que la salud de los ayunantes les impida continuar con la iniciativa, o bien dar un paso de acercamiento cuando ya su imagen se vea perjudicada ante tanta indiferencia.
Fuente: Voces Nuestras
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