Por Jorge Enrique Romero-Pérez*
En la Edad Media, las primeras universidades europeas(Boloña, Salamanca, París) defendieron su institucionalidad frente al poder militar, económico, político, eclesiástico.
Maestros y estudiantes hicieron valer su espacio vital académico ante las arbitrariedades, atropellos y agresiones del Poder . Surge así lo que modernamente se llama autonomía o independencia de las universidades, como centro de pensamiento y de formación de profesionales en todos los campos.
En todo el mundo, los gobiernos han atropellado a las universidades. La reforma o el grito universitario de Córdoba en Argentina en 1918, para América Latina fue la chispa que se extendió por todos los países al sur del Río Bravo.
La independencia universitaria ha costado sangre y luchas de universitarios. Se trata de un hecho social y de un fenómeno político, es decir, ligado al Poder de los grupos dominantes y de las oligarquías; y, sus medios de represión y de dominación.
Posteriormente, el derecho se fue construyendo para delinear y configurar esa autonomía o independencia de las universidades, tanto en las Constituciones Políticas, como en Costa Rica, y en las respectivas leyes. El hecho fundamental y clave para la independencia y autonomía de las universidades, es su protección y defensa frente al Poder político, económico, militar y eclesiástico, a lo largo de la historia.
Por ejemplo, la matanza de Tlatelolco en la plaza de las tres Culturas, el 2 de octubre de 1968, fue el resultado trágico de la invasión de la UNAM el 30 de julio de 1968, por parte del ejército mexicano. Este fue el hecho desencadenante de la brutal agresión de este ejército.
Hace 40 años, para este mismo mes de abril, estudiantes de segunda enseñanza, por miles y alumnos de la Universidad de Costa Rica, acompañados de sus padres, sindicalistas, oficinistas y obreros dieron la lucha contra el contrato-ley con la compañía de Estados Unidos Alcoa. Igual que ahora, los medios de manipulación y desinformación colectivos nos atacaron con las consignas de que éramos comunistas, revoltosos y peligrosos.
Hoy, esos medios manipuladores y mentirosos, en una estrategia de la falsedad y la provocación del miedo, atacan a la Universidad de Costa Rica, uno de los pocos espacios críticos y de impugnación que quedan en el país. Y, sin duda el más importante centro académico, a lo largo de su historia, que ha graduado cuadros de profesionales, en todos los campos, que han alimentado al sector público y al privado, de los profesionales que han necesitado y necesitan.
La independencia y la autonomía es, ante el producto mismo de la historia secular universitaria, la lucha por la protección y la defensa de esta institución. Es una realidad política, del ejercicio del Poder – de todo tipo- contra la universidad. El derecho, como norma jurídica, lo ha traducido a su lenguaje.
Así, el artículo constitucional 84 manda que las universidades públicas gozan de independencia para el desempeño de sus funciones y de plena capacidad jurídica para adquirir derechos y contraer obligaciones .
Por su parte, la Sala Constitucional, en el voto 1313-93 ha definido claramente en qué consiste esta autonomía e independencia, en el plano jurídico. Este voto o sentencia afirma que la autonomía es especial, completa y por esto distinta de la del resto de los entes descentralizados en nuestro ordenamiento jurídico. Esta autonomía es administrativa, política, organizativa, funcional y financiera (voto 366-92).
En el plano de los hechos, cada vez que el poder, del tipo que sea, atropelle y agreda a la universidad, tendrá la respuesta firme y contundente de los universitarios que sabemos que tenemos que defender nuestra casa frente a la agresión. La historia del mundo así lo ha demostrado y lo seguirá demostrando.
Esa prensa tendenciosa y amarillista llama a la violación de la autonomía e independencia política y de los derechos humanos, “zafarrancho” (que en su acepción coloquial, es riña). No solo corrompen la realidad, sino también corrompen el lenguaje.
Se debe pedir ante la violación a la autonomía que ha sufrido la Universidad de Costa Rica, que se haga una investigación sobre el proceder de la OIJ; se le pida a los Consejos Universitarios de las demás universidades públicas que se pronuncien sobre esta violación institucional; que un conjunto de personalidades hagan un manifiesto de apoyo a la universidad pública, que se investigue la actuación de los policías de Seguridad Pública.
Que se denuncie la manipulación y desinformación de los medios de prensa sobre esta violación institucional a la Universidad de Costa Rica y la violación de los derechos humanos de las mujeres y hombres que defendieron a la Universidad de Costa Rica por la agresión desmedida y el atropello a la autonomía e independencia universitaria pública.
*Catedrático Humboldt 2010
Fuente Semanario Universidad
El énfasis es nuestro
Más:
Intervención de OIJ en campus fue circunstancia óptima: Sectores de poder intentan alinear posición crítica de UCR Semanario Universidad
0 comentarios:
Publicar un comentario