Desde el domingo a las siete de la mañana, las feministas hondureñas nos movilizamos frente a la casa presidencial para repudiar el GOLPE DE ESTADO en Honduras.
Creerlo fue facil y dificil a la vez, pero una cosa estaba clara: nuestro lugar esta en las calles exigiendo, gritando, denunciando. Las amoras, amigas y compañeras nacionales e internacionales se hicieron presentes de inmediato para acompañarnos. Las velas, los inciensos, energías y fuerzas fueron transmitidas de miles de formas y por miles de vías. Nosotras, desde dentro estamos indignadas.
Creerlo fue facil y dificil a la vez, pero una cosa estaba clara: nuestro lugar esta en las calles exigiendo, gritando, denunciando. Las amoras, amigas y compañeras nacionales e internacionales se hicieron presentes de inmediato para acompañarnos. Las velas, los inciensos, energías y fuerzas fueron transmitidas de miles de formas y por miles de vías. Nosotras, desde dentro estamos indignadas.
El mismo domingo nos reprimieron aprovechando la lluvia para disparar y generar pánico entre las multitudes. Nosotras huimos, mi hermana menor, las mujeres embarazadas, los niños y las niñas lloraban en un ataque de pánico terrible. Buscamos huir hacia edificios cercanos y al llegar al hotel Marriot las puertas estaban trancadas y a nadie dentro le importaba lo que estaba pasando afuera.
Después del caos, las feministas nos reunimos y decidimos buscar un lugar seguro para pasar la noche. En una especie de campamento de resistencia y con la maravillosa solidaridad de una de las compañeras, comimos, nos secamos y cambiamos de ropa, tomamos tés, cafes y ron mientras haciamos un analisis de todo lo que estaba pasando: hubo llantos de rabia, dolor y miedo pero seguíamos teniendo claro nuestra postura y nuestro lugar.
Volvimos en cuanto se suspendió el toque de queda, ese que existe y que todavia está instalado a pesar de que se llenan la boca diciendo que "no se estan violando las garantias constitucionales." El lunes estabamos acompañadas de las mujeres de las redes de jovenes y adultas de los barrios. Las calles se inundaron con nuestros gritos, las mujeres junto a otros grupos organizados y personas que se las ingeniaron para llegar, nos volvíamos cada minuto mas numerosas.
La indignación, la rabia y la impotencia se acrecentaban a medida que hablabamos y veimos la oscuridad en la que nos tienen y cada vez se unían mas y mas gremios por eso, decidieron atacarnos: empezaron a formarse, los antimotines primero, luego los que sostenian palos y unos frascos que parecia inhaladores, luego los que estaban armados, detras de ellos los tanques de guerra.
No sabemos como pero en un momento determinado avanzaron poco a poco, cercando todas las salidas, parecian cucarachas vieniendo de todas partes. Nos tiraron gases lacrimogenos, despues agua, sobrevolaron la multitud con elicopteros cargados de un gas rojo y nos lo tiraron a discresión, nos golpearon y acorralaron. Las compañeras nos perdimos de vista entre el caos a pesar de tener rutas de escape; algunas intentamos salir inmediatamente pero otras compañeras se desmayaron, se enfurecieron, no podian caminar del panico y las piedras, los gases, los disparos y las bombas sonaban a nuestro alrededor.
A medida las salidas se iba bloqueando intentabamos cambiar la estrategia y mantenernos juntas, las pocas que quedabamos, corriamos de un lado al otro intentando escapar pero estabamos rodeadas; cuando no tuvimos más salida nos subimos a las escaleras de emergencia de ese horrendo hotel y al subir cuatro pisos nos quedamos abrazadas hechas un nudo.
Desde arriba pudimos ser testigas de los horrores de los policias y los militares: vimos a nuestras compañeras correr a buscar refugio en edificios cercanos y ser acorraladas. Nosotras tampoco estabamos seguras y lo sabiamos, las compañeras desde afuera nos llamaban para tratar de darnos alternativas de escape, apoyo, rutas, nos decian donde nos estaban buscando y cuando les dijimos donde estabamos intentaron llamar al hotel para que nos abrieran la puerta pero nadie contestaba.
Cuando las cosas estaban mas calmadas, bajamos corriendo y buscamos una salida en medio del monte, logramos llegar al mini carro de una compañera y en un espacio para cuatro personas entramos nueve y salimos huyendo como en las peliculas al lugar más seguro que podíamos tener.
Es dificil describir con la yema de los dedos instantes tan llenos de intensidad, horror y miedo. Casi ninguna de las que estabamos ahí habiamos experimentado nunca algo semejante a pesar de que la mayoria venimos de historias de pobreza, violencia, explotación y miseria, sin embargo, las balas, las bombas, el dolor encarnado en otros cuerpos, el liquido rojo corriendo por el suelo, la rabia, la desesperación, y el caos son imagenes fragmentadas en quantoms de energía que no pueden plasmarse con certeza.
Algunas nos quedamos sin telefono y no sabiamos nada de las otras, y no fue hasta que las encontramos que pudimos descansar y tomar fuerzas para el día siguiente. Es así como hoy, seguimos en las calles, llamando a esto por su nombre: UN GOLPE DE ESTADO POLITICO DE LA DERECHA, gritando consignas llenas de fuerza y valor y con medidas y estrategias claras.
Las jornadas no paran y al terminar la marcha nos hemos reunido a preparar mantas y carteles para volver mañana a las calles a decir todo lo que estan tratando de callar.
FEMINISTAS HONDUREÑAS EN RESITENCIA!!!!
Daisy Flores
Colaboración de Paquita Cruz
El énfasis es nuestro
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