Por Albino Vargas Barrantes*
Precisamente hoy, hace 100 años, nació en Alajuela, el 21 de enero de 1909, el insigne costarricense Carlos Luis Fallas Sibaja, el querido y siempre admirado “Calufa”; militante comunista, gran líder obrero y gigante de las letras costarricenses.
Cursó cinco años de la escuela primaria y luego dos de la enseñanza secundaria. Tuvo que abandonar los estudios, fue aprendiz en los talleres de un ferrocarril y, a los dieciséis años, se trasladó a la provincia de Limón. En Puerto Limón trabajó como cargador en los muelles y después en las bananeras de la United Fruit Company, en las que por años hizo vida de peón, ayudante de albañil, dinamitero, tractorista, etc.
A los 22 años regresó a Alajuela para ver morir a su madre. Entusiasmado por las ideas revolucionarias que por ese entonces comenzaban a agitar al país, ingresó al naciente movimiento obrero. Para poder vivir y luchar en las ciudades, aprendió el oficio de zapatero que ejerció por largos años.
Intervino en la organización de los primeros sindicatos y en la dirección de las primeras huelgas; fue a la cárcel varias veces; resultó herido en un sangriento choque de obreros con la policía, en 1933, y en ese mismo año, con el pretexto de un discurso, los tribunales lo condenaron a un año de destierro en la costa Atlántica (Limón). Ahí intervino en la organización de la gran Huelga Bananera del Atlántico de 1934, que movilizó 15.000 trabajadores y que conmovió profundamente al país entero. Por su participación en esta huelga fue encarcelado una vez más.
Fue electo regidor municipal en 1942 y diputado en 1944. Fue jefe militar improvisado de los batallones obreros durante la guerra civil de 1948. En esa vida de militante obrero, muchas veces tenía que hacer actas, redactar informes y escribir artículos, por lo que así mejoró su ortografía y redacción.
Se destacó como escritor. Entre sus obras literarias están “Mamita Yunai”, escrita en 1940, obra que pasó desapercibida hasta que el gran escritor chileno Pablo Neruda se propuso que fuera conocida en el mundo entero. “Gentes y Gentecillas”, “Marcos Ramírez”, “Mi Madrina”, “Tres Cuentos”, “Un mes en la China Roja”, son otras de sus grandes obras literarias.
El 11 de abril de 1966 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura “Magón”, el máximo galardón de las letras ticas. La Asamblea Legislativa lo nombró Benemérito de la Patria, en 1977. Murió en San José el 7 de mayo de 1966. (Todos estos datos se han tomado de “El espíritu del 48”).
“Su voluntad, su amor, siempre fue para con los otros, los desposeídos, los obreros, los agricultores, que son los forjadores y constructores de la Costa Rica de hoy, aunque sus nombres no sean reconocidos en el marco de la historia oficial; nuestros abuelos y abuelas, que empuñaron como CALUFA el trabajo digno y la palabra hecha acción”. Así lo indica el Colectivo Cultural, Ambientalista y de Resistencia CALUFA, promotor de la oportuna y necesaria iniciativa de recordarnos su ejemplo, su obra y su consecuencia profunda con los ideales de justicia social de la clase trabajadora.
Teniendo siempre en cuenta esto y la importancia de que permanezca por siempre en la memoria colectiva del pueblo, porque “maldito sea el pueblo sin historia y sin memoria”, se le rinde homenaje (al cual nos unimos con estas líneas), a quien en vida material fue un mentor y soñador de un mundo mejor para las mayorías; en eventos previstos para hoy, mañana y el viernes, en el Teatro Municipal de Alajuela. Es enorme la deuda que como clase trabajadora costarricense tenemos con Calufa. Seguir su ejemplo es honrar esa deuda.
*Secretario General Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)
Fuente Diario Extra
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