TLC o la consumación del liberticidio

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Por Rogelio Cedeño Castro

Los mediocres personajes y personajillos, que desde la escena legislativa, nos han condenado a entregarle a las generaciones que vendrán, un país en peores condiciones que el que nosotros recibimos de nuestros mayores, s
e han apresurado a decir, con el mayor cinismo del caso, que ha llegado el momento de pasar la página.

Que fácil les resulta a algunos repetir semejante disparate luego de dos años de obsecuencia servil al neoliberalismo y sus epígonos imperiales, de entrega de la soberanía nacional y de burla a la institucionalidad democrática del país. En esto, como con en casi todo, s
e equivocan de toda equivocación los señores liberticidas o enemigos de las libertades e instituciones más queridas por el pueblo costarricense.

Va a sobrar quien les cobre la autoría y ejecución de este siniestro guión, de ello no les quepa la menor duda, pues no se puede trastrocar toda la institucionalidad del país, a espaldas de las grandes mayorías nacionales, sin que estas terminen no sólo por darse cuenta de lo que ocurrió en verdad, sino también de actuar en consecuencia.

Esa página, una de las más sombrías de nuestra historia republicana no sólo será muy difícil de olvidar, sino que por representar la destrucción y el saqueo más elaborado de nuestra institucionalidad, se la estaremos recordando, durante las próximas décadas, al grupo de los 38 liberticidas, quienes acabaron por votar el último proyecto de la agenda de implementaciónal TLC, un compendio de las más vulgares imposiciones de la secretaría decomercio de los Estados Unidos.

Después de irrespetar, una vez más, los derechos de los pueblos originarios negándose a realizar la consulta plebiscitaria entre los bribris, cabécares, terebés, malekus, ngöbes y otros pueblos-nación en materia de propiedad intelectual y de acatar los mandatos liberticidas de los funcionarios del imperio del norte pretenden que las futuras víctimas, en este caso la mayoría del pueblo costarricense, olviden con facilidad semejante agravio. Lo que sucede es que no se han dado cuenta del grotesco papelón que han venido representando, desde hace ya muchos meses.

La ciega insistencia del grupo de los 38 liberticidas de la Asamblea Legislativa, convertidos en borregos de la Casa Presidencial de El Zapote (pedimos excusas por la comparación a esas gentiles criaturas del reino animal) en seguir por una vía que nos conducirá a una catástrofe segura, no sólo revela su falta de escrúpulos morales y su carencia de un mínimo sentido ético, sino también evidencia una limitada percepción de la realidad, caracterizada por la mediocridad y el aldeanismo más acendrado. Quien hubiera dicho que la candidata republicana a la vicepresidencia de los Estados Unidos, la señora Sara Palin, iba a encontrar tan dignos émulos en el paralelo 10 del Hemisferio Norte.

Señores y señoras diputadas, señores y señoras magistrados de la Sala Constitucionalidad de la Corte Suprema de Justicia, olvidan ustedes según conveniencia momentánea, que esta
historia no termina aquí, sino que recién comienza otro capítulo mucho más inquietante: El momento de conocer en detalle los contornos y consecuencias de la gigantesca mentira, de la que ustedes han sido los mejores cómplices y ejecutores.

La burla a la constitución política y a los convenios internacionales para quedarse con el botín que representan algunas de las actividades más rentables de las instituciones más importantes del país, tales como el ICE y el INS, las que sin duda se debilitarán en gran medida, al igual que los nefastos conveniosde Budapest y el denominado UPOV sobre obtenciones vegetales, son hechos que al igual que la nueva ley de propiedad intelectual empezarán a repercutir, de una manera u otra, sobre la población costarricense en momentos en que se desata, de manera acelerada, una nueva crisis de la economía mundial, cuyas repercusiones serán de mediano y largo plazo.

Cualquier intento de renegociar el TLC con los Estados Unidos, tal y como lo plantean algunas organizaciones sociales y políticas de nuestro país, tiene que contemplar la derogatoria del mayor acto liberticida de la historia reciente: la agenda de implementación que le permite al régimen de la dictadura en democracia y a la oligarquía, presuntamente nacional, realizar sus viejos sueños de saquear el patrimonio de todo un pueblo. La lucha recién empieza, no es posible darle vuelta a esta página tan nefasta.


Columna LIBERTARIOS Y LIBERTICIDAS (176)
14 de noviembre de 2008.


El énfasis es nuestro



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