¡Qué vaina con la economía!

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Por Luis Paulino Vargas Solís


Veamos algunos numeritos.

• Al 1º de mayo de 2008, el tipo de cambio de referencia del Banco Central (venta) estaba en 497,36 colones por dólar. Tres meses después -el 1º de agosto- había llegado a 556,78. Así, el valor del dólar frente al colón aumentó un 12%.

• En el mes de abril de 2008, las reservas monetarias netas del Banco Central alcanzaron un pico histórico: US$ 4.936,5 millones. Al 1º de agosto habían descendido a US$ 4.096,9 millones. En tan solo tres meses se redujeron un -17%.

• Entre enero y julio de 2007 la inflación acumulada alcanzó un 5,62%. Para el mismo período del presente año el dato salta a 8,83%. El Banco Central dice que para todo el año 2008 el aumento de los precios alcanzará 14%. En realidad, y a como a van las cosas, podría fácilmente sobrepasar el 16-17%.

• Durante el primer semestre de 2008, las exportaciones crecieron tan solo un 6%, muy lejos del 16% registrado en el mismo período del año anterior. Las diferentes cuentas de la balanza de pagos (registro de los intercambios con el resto del mundo) muestran un agudo deterioro. En el primer trimestre de este año, la cuenta corriente casi triplica su déficit del primer trimestre del año anterior. El déficit de la cuenta comercial en el primer semestre más que duplica el dato respectivo para el mismo período de 2007.

• Dos años atrás (2006), el promedio de las tasas de interés activas (que se cobran sobre créditos) se mantenían en los alrededores del 23-24%. Hacia abril-mayo de este año se habían derrumbado hasta 14%. Ahorita han vuelto a estar algo por encima del 16%. Las tasas pasivas promedio (que se pagan sobre ahorros) se desplomaron desde más del 12% en 2006 hasta aproximadamente un 3,5% hacia mayo-junio de este año, aunque ya a inicios de agosto han escalado un punto por encima de ese mínimo ¿Quién va a querer ahorrar en esas condiciones? Endeudarse y gastar parecen ser entonces las alternativas más “aconsejables”.

¿Qué hizo posible que en los años de auge -especialmente el bienio 2006-2007- el colón ganara valor frente al dólar, las tasas de interés se derrumbaran, el crédito y el gasto se dispararan y la economía anduviese a todo vapor? Seguramente hubo una fuerza dominante detrás de todo esto: los inmensos flujos de capital provenientes del extranjero, los cuales alcanzaron, tan solo en el trienio 2005 a 2007, una cifra cercana a los US$ 5.700 millones. Sin embargo, un vistazo a los numeritos mencionados más arriba muestra que la situación se ha modificado. Las vacas flacas ya están aquí.

Recientemente se ha estado discutiendo con acalorado interés acerca de quiénes ganaron con el “salto” que el tipo de cambio experimentó hace unas semanas. Se ha advertido, con plena razón, que estos movimientos tienen carácter especulativo. Justo e indiscutible. Pero la verdad sea dicha con todo respeto, esta es una discusión trivial acerca de un asunto trivial. No hay novedad alguna en que se especule con el tipo de cambio y que algunos tagarotes saquen de ello ganancias sustanciales.

La realidad es que la oligarquía neoliberal ha hecho de Costa Rica un enorme casino donde se especula y apuesta sistemáticamente contra las condiciones de vida del pueblo costarricense. El llamado auge de los años 2006-2007 representó un momento paroxístico en ese perverso devenir económico. La especulación contra el tipo de cambio no debería entonces sorprender a nadie. Ese es el nuevo frente de apuesta que el propio Banco Central promovió mediante su política de bandas cambiarias, el cual se vuelve más atractivo en momentos en que las cuentas externas se deslizan inexorablemente hacia una situación crítica.

Es válido preguntarse acerca de quiénes ganaron con estos abruptos movimientos del tipo de cambio. Válido pero trivial. La misma interrogante es relevante en relación con las muchas otras fuentes de especulación que enferman gravemente la economía costarricense actual.

¿Quién ha ganado con la inversión inmobiliaria fuera de control, con el crecimiento desbocado del crédito y la deuda, con el desborde del gasto de consumo y la explosión de las importaciones? Yo no sé quienes ganaron ni cuánto ganaron. Pero estoy seguro que son muy poquitos los ganadores y muy, muy gordas las cifras de su ganancia.

Y al cabo de esta borrachera especulativa, vamos de retorno hacia la realidad. O, mejor dicho, el pueblo costarricense va de vuelta hacia su triste y cruda realidad. De trasfondo hay una cierta orientación de la economía o, si usted lo prefiere, un cierto modelo de desarrollo. Es el modelo neoliberal, cuyo signo distintivo es básicamente uno: la especulación a gran escala.

Un elemento ideológico central en esta religión del peculio y la avaricia es la dogmática acerca de la irrestricta libertad de movimientos de capitales. Esa es la conexión principal mediante la cual quedamos insertos y subordinados a la globalización financiera, la cual es, en sí misma, un aparato especulativo de alcances planetarios. Y por esa vía nos vimos invadidos durante estos años por ríos de capitales extranjeros que pusieron al rojo vivo las locomotoras del crédito, la construcción, la especulación inmobiliaria, el consumo y las importaciones.

Así se gestó ese llamado auge. De esa forma la economía se recalentó. Algunos especularon y acumularon fortunas. El pueblo, por su parte, se dejó arrastrar por el embrujo consumista que, como ya vemos, ha sido tan solo un espejismo.

Aquellos que especularon con el auge, seguirán especulando con la crisis. No le quepa duda. Y entonces como ahora, lo harán a costillas de la gente, especialmente de la más humilde y pobre. Lo harán con el tipo de cambio o de cualquier otra forma, según mejor les convenga. Y lo seguirán haciendo, al menos hasta tanto no nos decidamos a hacer que, de una buena vez, la tortilla se vuelque.



Fuente Tribuna Democrática

El énfasis es nuestro

Caricatura El Roto





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