Por Dr. Freddy Pacheco*
frepaleon@gmail.com
“El DERECHO HUMANO al agua garantiza a todas las personas el agua en cantidad suficiente, en condiciones de seguridad y aceptabilidad, siendo físicamente accesible y asequible para usos personales y domésticos.
Se necesita una cantidad adecuada de agua segura para evitar muertes por deshidratación, reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y satisfacer necesidades de consumo, cocina, y hábitos higiénicos personales y domésticos”, según interpretación legal oficial de un organismo de la ONU.
Se fundamenta, entre otros, en la aceptación general de los derechos fundamentales del hombre como el derecho a la vida y el derecho a la salud.
Porque 3900 niños menores de 5 años mueren diariamente a causa de enfermedades relacionadas con el agua, y porque la falta de acceso al agua impide disfrutar de una buena salud y de otros derechos humanos como el derecho a la educación, a un nivel de vida adecuado o a la alimentación, el tema del derecho humano al agua ha venido ocupando lugar preponderante en la Organización Mundial de la Salud y otros organismos planetarios de similar importancia.
Se trata, en fin, de un asunto vital, insoslayable para los gobiernos, de primordial interés, que ha de ser atendido sin subterfugios por las autoridades de todos y cada uno de los Estados que conforman la comunidad mundial. En muy pocos países se podría asegurar que el abastecimiento futuro
Por ello, resulta insólito que el gobierno de Costa Rica se haya confesado enemigo de declarar que “El acceso al agua en condiciones de calidad y cantidad adecuadas es un derecho humano, indispensable para satisfacer necesidades básicas del ser humano”, como decía un principio general del Proyecto de Ley del Recurso Hídrico (Expediente 14585) que ahora ha sido supuestamente “mejorado” (¡que cinismo!) por autoridades del Ministerio del Ambiente y Energía (Minae).
El texto con que se sustituye esa declaración explícita e inequívoca, jamás podría ni compararse, pues se limita a declarar que “es un recurso de usos múltiples, con prioridad para el consumo humano”.
En términos más sencillos:
Pensamos que el gobierno se vio obligado a tal confesión en virtud de que si aceptara su carácter de derecho humano, la ley “mejorada” entraría EN CONFLICTO con las normas intrínsecas al TLC recién aprobado, vislumbrándose demandas ya anunciadas por los que comercian con ese líquido vital.
Por eso el proyecto de ley se guardó esperando el momento propicio para su publicación; o sea, para después de concluido el debate sobre el TLC, en que se afirmaba que los costarricenses podríamos legislar a favor de la declaración del agua como un derecho humano, independientemente de lo que se dijera en el tratado.
Por esto y otras cosas muy graves (que analizaremos luego) podemos afirmar que el nuevo texto
*Catedrático UNA
El énfasis es nuestro
1 Comentário:
Hadabruja, te he dejado un premio en mi blog!
Felicidades te lo mereces.
Besos!
Yosmary
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