Petróleo y paz

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Por Freddy Pacheco*
frepaleon@gmail.com


Poco a poco va quedando atrás la “Paz con la Naturaleza”, como la concibiera el presidente Abel Pacheco hace seis años en reunión ambiental de la ONU en Sudáfrica. Iniciativa que, según su creador, se sustentaba en tres premisas: ¡no a la minería a cielo abierto, no a la explotación petrolera y no al comercio de transgénicos!

La nueva paz, lejos mantener su oposición a esas tres actividades que representan una declaración de guerra a la naturaleza, más bien propone la declaratoria de salvaguardas light para la extracción minera y petrolera, cual si con ello se eliminara su amenaza ambiental.

Así se ha propuesto y así se discute al interior de la subcomisión de notables, sin que los detalles de esta renovada iniciativa se compartan con la sociedad civil que, sin tener notables, quizá podría al menos aportar opiniones que, en la de menos, ayudarían a salir adelante un proyecto que ha perdido su rumbo.

De esta manera, a más de un año de su relanzamiento teatral (con don Abel como el gran ausente) los nuevos estrategas han pretendido buscar financiamiento desde fuentes tan diversas como The Linden Trust for Conservation, pasando por la poco inocente y muy sospechosa Conservation International (CI), hasta el magnate de la telefonía, la minería y muchas otras actividades lucrativas, el mexicano Carlos Slim. Los $300 millones que se esperan recaudar y colocar en una cuenta “en Bahamas…” (dicen los documentos) no están a la vuelta de la esquina.

Y es que esta paz con la naturaleza tendría tal componente mundial que ha llevado a considerar su lanzamiento en Europa, donde nuestro Presidente le anunciaría al planeta que Costa Rica, o más bien, él, se prepara a encabezar el esfuerzo supremo por salvar al mundo de su destrucción. Por detener la extinción diaria de un centenar de especies animales y vegetales; por acabar con la tala, también diaria, de 50 mil kilómetros cuadrados de bosques; por salvar a los niños que, a causa del agua contaminada, mueren cada ocho segundos.

El decreto ejecutivo con que se eliminó la moratoria en la minería a cielo abierto, sin importar el desastre de la mina de oro en Miramar, es parte de la nueva “estrategia” gubernamental. Como lo es también, la negativa a derogar el oscuro decreto que nos heredara el ministro de Ambiente René Castro, con el cual se eliminaron del Reglamento a la Ley de Hidrocarburos todos los requisitos ambientales que tenían que cumplir las corporaciones antes de firmar los contratos de explotación petrolera.

Decreto que permitió la firma del contrato con el presidente Miguel Ángel Rodríguez, sin haberse aprobado el estudio de impacto ambiental y que llevó eventualmente a la empresa Harken a amenazar al Estado costarricense con una demanda por $57 mil millones.

Sentimos que el Gobierno de don Óscar Arias le está zafando la tabla a los amigos comunes que alguna vez creyeron que la iniciativa “Paz con la Naturaleza” podría ser una realidad. Los hechos, más importantes que las promesas y las buenas intenciones, así lo indican. ¡Lástima!

* Catedrático UNA


Fuente La Prensa Libre

El énfasis es nuestro



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