Por Amy Goodman*
Deamonte Driver tenía 12 años de edad y le dolía una muela. No tenía seguro médico, y su madre no podía permitirse pagar los 80 dólares que costaba extraerle el diente picado. Podría haber recibido la atención necesaria a través de Medicaid, pero su madre no pudo encontrar un dentista que aceptara el pequeño pago que obtendría de Medicaid por el servicio.
El Congreso está debatiendo un proyecto acordado por ambos partidos que dará cobertura a los niños y niñas pobres de EE.UU.
¿El mayor obstáculo? El presidente Bush asegura que vetará el proyecto de ley, incluso si los senadores republicanos y demócratas llegan a un acuerdo bipartidario. El proyecto de ley incrementa en 35.000 millones de dólares el presupuesto de los próximos cinco años del Programa Estatal de Seguro Médico para Niños y Niñas (SCHIP por sus siglas en inglés) a través de un aumento en los impuestos federales sobre los cigarrillos.
La conservadora Heritage Foundation está en contra de la implementación de un impuesto al tabaco para patrocinar el SCHIP, porque afirma, “grava desproporcionadamente a los fumadores de bajos ingresos” además de a los “fumadores jóvenes”.
Según la Asociación Estadounidense para la Salud Respiratoria, cada 10 por ciento de incremento en el impuesto sobre el tabaco, los fumadores jóvenes descienden un 7 por ciento y los fumadores en general disminuyen en un 4 por ciento. Marian Wright Edelman, fundadora de Children’s Defense Fund (Fondo para la Defensa de Niños y Niñas), declara: “Aumentar el impuesto al tabaco es un bien para la salud pública en sí y salvará vidas.
El Fondo para la Defensa de Niños y Niñas ha publicado montones de historias parecidas a la de Deamonte. Niños como Devante Johnson, de Houston. Con 13 años, Devante luchaba con un cáncer avanzado de riñón. Su madre intentó renovar su cobertura de Medicaid, pero la burocracia ralentizó el proceso.
Cuando lo que está en juego es la vida de los niños y las niñas, Edelman no tiene paciencia para los juegos de los políticos: “¿Por qué está este país, actualmente el más rico del mundo, discutiendo sobre cuántos niños y niñas pueden recibir ayuda? Simplemente deberíamos hacerlo; es algo más que obvio.
El senador republicano Gordon Smith fue quien introdujo originalmente la resolución de presupuesto para el SCHIP en el Senado. A diferencia de Bush, que no se presenta a la reelección, Smith defenderá su vulnerable puesto en el Senado en 2008, en el estado de Oregon, de tradición demócrata.
Y el pueblo estadounidense desea ir mucho más allá. Tal y como ha demostrado la popularidad del último éxito cinematográfico de Michael Moore, “SiCKO”, gente de todo el espectro político ha asumido que hay que cambiar el sistema de salud de EE.UU. ¿Cuántos niños y niñas más como Deamonte y Devante deben morir antes de que los políticos, todos ellos y ellas con estupendos seguros médicos, hagan algo?
*Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now!, noticias diarias de televisión y radio transmitidas en 500 estaciones en Norteamérica y el mundo.
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