La usurpación de nuestros símbolos

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Por
Silvia Rodríguez Cervantes


15 de julio de 2007

Julia, amiga:

Tu cólera es la misma que yo siento cuando las semillas milenarias de nuestros agricultores son apropiadas y monopolizadas por los que se dicen sus "mejoradores científicos" . Sus derechos al final ni siquiera acaban en manos de los tales mejoradores sino terminan transfiriéndolos a unas cuantas empresas transnacionales semilleras. Sí, las mismas que también controlan los medicamentos y los agroquímicos.

Decís bien que el "corazón del No", es el resultado de una conjunción de ideas que prenden en el corazón de quienes las recibimos y adoptamos como símbolo. Incluso te remontas a los símbolos de culturas tradicionales. Pues bien, igual son las semillas: resultado del trabajo de generaciones de agricultores que las han intercambiado y compartido con los vecinos y con el mundo generosamente. También son símbolo de la renovación de la vida que nos conmueve especialmente a las mujeres.

Y ¿sabes? en el fondo me alegra que no le hayan puesto "propiedad" a nuestro símbolo del NO. Esto mismo es la lucha de muchos y muchas de nosotras para rechazar la "propiedad" del principio de reproducción que la naturaleza concedió a las semillas.

Romanticismo tonto, dicen algunos.... ¿por qué no llevar nuestras semillas a patentar antes de que otros lo hagan?

Y nosotros y nosotras venimos a contradecir porque no queremos caer en la lógica perversa de tomar el veneno que nos ofrecen como medicina. El sistema de propiedad intelectual, en el caso de materia viva, no sólo es un sistema pensando para excluir de "protección", al conocimiento y la innovación campesina e indígena sino, aunque las semillas de estos sectores llegaran a cumplir con las exigencias de un procedimiento concebido para la "agro-industria" y no para la "agri-cultura"; aunque estos sectores tuvieran el dinero para "pagar" por los trámites para obtener la propiedad intelectual y por los abogados especializados para enfrentar los frecuentes litigios entre "propietarios"; hay razones de otra índole y mucho mayor peso que nos mueven a rechazar ese sistema.

Para comentar brevemente nuestras razones, tenemos que ir más allá de la cólera espontánea e inicial al sentir que nos están usurpando algo muy querido. El siguiente paso es reflexionar sobre un hecho irrefutable y ahora vuelto a comprobar con el surgimiento del Corazón del No tal como nos contás en tu artículo. El conocimiento--verdad de Perogrullo--crece y se perfecciona cuando se comparte; igual que se propaga la luz inicial de una sola candela al pasar de mano en mano, de candela en candela, e ir iluminando el espacio oscuro de los templos el Sábado de Resurrección.

Si empezamos a romper el conocimiento en girones; a quedarnos cada quien con el pedazo que ilusamente cree es "de su propiedad", y con ello poder venderlo, hipotecarlo, enajenarlo e impedir a otros y otras su uso, sin el pago correspondiente, es obvio que la cadena se rompe y pierde la fuerza y el vigor que todos sus eslabones juntos pueden darle. Es claro que mi candela no iluminará más que un círculo limitadísimo del templo oscuro. Es claro que el conocimiento corre el riesgo de empantanarse.

Es claro que el Corazón del No, no hubiera llegado a ser el símbolo que ahora es: no sólo porque fue construido colectivamente sino también por haber sido aceptado con entusiasmo por los miles de ciudadanos y ciudadanas conscientes. Ya no es sólo tuyo, querida Julia, ni de Mauricio, ni de los demás que le han ido dando forma para que en su interior quepan datos y cifras claras que dan la razón fundamentada de nuestra lucha. Es el corazón de todo el movimiento y no puede ser "propiedad" de nadie en particular.

Eso no quiere decir que nuestra defensa para que las semillas sigan cumpliendo su fin para el sustento de la población y no para el enriquecimiento de unos cuantos, no sea tenaz y constante. Ni quiere decir que usemos todos los medios necesarios para defender el Corazón del No como emblema de unificación de nuestro movimiento.

Lo que no podemos hacer es dar la lucha en su cancha, en el terreno de la "propiedad" legalizada. Allí perdemos no sólo la lucha sino que aceptamos, de hecho, la mercantilización del conocimiento, de las ideas de sus productos y procesos. Por eso me alegra que el tiempo haya jugado en contra de darle "propiedad intelectual" al símbolo de todos y todas.

Ante la cólera espontánea que podamos sentir por lo acontecido, echemos mano de la fuerza del derecho moral y no del derecho de "propiedad", centro de la lucha del SI en todas sus expresiones: Sigamos denunciando pública y abiertamente la confiscación indebida de nuestro símbolo del NO.

Sigamos echándoles en cara la inconsistencia de sus pensamientos y acciones: ¿cómo es que el TLC profundiza en los alcances de la propiedad intelectual llevándola a un nivel absurdo de casi derecho natural, al tiempo que confiscan y mancillan nuestro símbolo como si fuera idea salida de ellos?

Sigamos denunciando igualmente la expoliación de los últimos reductos de bienes comunes que nos quedan, como las Semillas, símbolo de la renovación de la vida.

Sigamos pregonando que quienes usurpan semillas, microorganismos y material biológico de todo tipo, amparados incluso con muy serios "acuerdos internacionales" como UPOV y del "inocente" Tratado de Budapest, podrán contar con esos parapetos "legales" pero seguirán siendo moral y éticamente reprobados.

Cuando lo "legal" ha servido para "proteger como propiedad" lo improtegible en esos términos, y en cambio pisotean los derechos morales, es hora de decir: ¡Basta ya! Están jugando con fuego.

Si nuestro corazón está orgullosamente llevado en las camisetas que, al menos yo, usaremos ahora diariamente utilizando mi cuerpo como estandarte, sus miles de colones en propaganda no podrán tener nunca los mismos alcances.


Mi corazón, igual que el de cientos de miles, seguirá diciendo cada vez más fuerte: NO al TLC


PD. OJALA ESTAS IDEAS SEAN ENRIQUECIDAS, MEJORADAS O REINTERPRETADAS POR OTROS Y OTRAS CON TAL DE QUE TENGAN MAS FUERZA PARA NUESTRA LUCHA.


Foto Julia Ardón



2 comentarios:

Julia Ardón dijo...

Gracias por reproducir esto tan valioso.
Cariños

hadabruja dijo...

Todo lo contrario, muchas gracias a vos por lo todo lo que publicás y divulgás :)

Un gran saludo

 

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