EE.UU. sigue presionando a la Unión Europea para comercializar transgénicos
- Los funcionarios estadounidenses solicitan no usar la palabra transgénico
Amigos de la Tierra
David Sánchez, responsable del Área de Transgénicos de Amigos de la Tierra en España afirmó: “Incluso después del fracaso ante la OMC, EE.UU. y sus aliados de la industria biotecnológica siguen intentando obligar a los ciudadanos europeos a alimentarse con transgénicos. La Comisión Europea tiene la obligación de mantenerse firme y anteponer la salud de sus ciudadanos, el medio ambiente y la libertad para elegir una agricultura y alimentación libre de transgénicos por encima de los intereses de unas pocas multinacionales”.
Los documentos, correos electrónicos y el acta de una reunión entre la Comisión Europea y EE.UU. a principios de año, fueron obtenidos por Amigos de la Tierra Europa bajo una petición de acceso público a la información. Los documentos muestran la frustración de las autoridades estadounidenses por el fracaso de sus intentos de “normalizar el comercio de productos de la agricultura biotecnológica” y por la “falta de voluntad política para hacer funcionar el sistema de aprobación de OMG en la UE” (debido a la oposición de los estados miembros) [2].
EE.UU. está presionando a la Comisión Europea para que:
* Ignore los problemas surgidos en las evaluaciones de riesgos de los OMG y fuerce su entrada en los mercados europeos.
* Lleguen a un acuerdo para comercializar rápidamente OMG que los EE.UU quieren vender en Europa
* Autoricen un controvertido cultivo, la colza transgénica, como prueba de que la Comisión está
cediendo ante la presión de EE.UU.
* Convenzan a los principales responsables europeos de seguir la línea de EE.UU y comprometerse a permitir nuevos transgénicos en la UE.
* Levanten la prohibición que varios países europeos mantienen sobre los OMG.
* Establezcan requisitos menos exigentes en cuanto a la contaminación genética de alimentos por transgénicos no autorizados en la UE.
La OMC publicó su veredicto final sobre la demanda interpuesta por EE.UU. y otros países que cultivan transgénicos el pasado otoño, sin que la decisión estableciera un claro ganador. La OMC no cuestionó el derecho de cada país a establecer legislaciones estrictas de bioseguridad, ni el derecho de un país a prohibir un transgénico determinado. Tan solo las prohibiciones de OMG establecidas en el momento en que se planteó la demanda fueron consideradas ilegales por una leve cuestión de forma. [3]
Fuente Rebelión
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