Por Flora Fernández
Quienes hablan de apertura de telecomunicaciones como algo buenísimo, tienen que ser unos grandes mentirosos o increíblemente ingenuos.
La apertura en los términos en que se discute en la Asamblea Legislativa para poner a competir al ICE y “fortalecerlo”, dentro del contexto del TLC, es una jugada tan sucia o más que el Combo y detrás de la misma están los mismos personajes de entonces.
Una diputada Libertaria de la actual Asamblea Legislativa era integrante de la Junta Directiva del ICE en el año 2000 y poseía 1 acción de ICETEL, adquirida en mil colones. A ICETEL se trasladarían todos los activos de telecomunicaciones… (toda la documentación que respalda esa afirmación la tengo en mi poder).
Apertura no es sinónimo de competencia, pero además en todo país donde se ha dado apertura o privatización el costo de los servicios ha aumentado, por la sencilla razón que mientras los servicios públicos se crean para que sirvan y beneficien al pueblo, los negocios privados persiguen el lucro y es al inversionista a quien deben beneficiar.
Para tener verdadera competencia en telecomunicaciones, como dicen los defensores de la apertura, los operadores que entraran al país a vender servicios de telecomunicaciones, deberían construir una infraestructura comparable a la del ICE y así interconectarse, pagando cada cual un peaje o canon, si se desea a “precios de costo” en ambos sentidos, según se establece en el TLC y la Ley General de Telecomunicaciones.
En la apertura propuesta para el ICE, el Instituto pone todo y los inversionistas se enchufan a la red al costo. Sería similar a obligar a un taxista a prestar su carro a otro chofer para que “compita” con él y lo único que tendría que hacer el otro chofer sería poner gasolina al carro mientras lo explota. La depreciación, el desgaste del carro, los riesgos y la inversión seguirían siendo responsabilidad del taxista dueño del carro ¿a eso se le llamaría competencia? ¿mejoraría en algo el servicio o las tarifas a los usuarios?
Costa Rica es hoy, el país más desarrollado en telefonía fija de América Latina, con la mejor calidad según datos de la ATT de los EE.UU. y sus tarifas son de las más bajas del mundo.
La apertura planteada, significa simplemente que unos pocos operadores extranjeros, en “alianza estratégica” con unos pocos costarricenses privaticen el mercado y se lleven las ganancias fuera del país. Ni siquiera se contempla que en dicha apertura se dé una amplia participación de ticos que puedan participar en forma cooperativa, empresarial o de alguna forma solidaria.
Cuando se dio la apertura bancaria que puso a competir a los bancos estatales con los privados, la competencia no se conectó a las computadoras de la banca nacional ni tuvo acceso a las cuentas existentes, y aún así, los créditos subsidiados murieron. Para arreglar el entuerto, ahora se habla de la necesidad de una banca de desarrollo. Y el Banco Popular y de Desarrollo Comunal ¿para qué va a servir?… ¿para seguir especulando en bancos de Nueva York y perdiendo nuestro dinero?
Quienes anhelan que el ICE compita, deberían rechazar la idea de la apertura y proponer un modelo completamente diferente al que se discute. El que elaboró la UCR sería un buen comienzo, pero los diputados seguro “no han tenido tiempo de leerlo o entenderlo” y alguien les dijo que el que está en la Asamblea está bien
¿Estará bien?
Nota: La negrita es nuestra
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