¡Mejor NO!

¡Mejor NO!

Flora Fernández

Decir que no a algo, muchas veces es muy positivo. No a los alimentos en mal estado, no a las drogas, no al exceso de velocidad, no al suicidio, no a la imprudencia, a la maldad, a la arrogancia, a la codicia, a la corrupción…

¡No! Dijo el Presidente Mora Porras en 1856, liberando de la esclavitud a varias generaciones de ticos de las pretensiones de William Walker. Aunque la oligarquía confabuló para asesinarlo, su memoria vive con renovada gloria y brillo 150 años después.

Gandhi dijo ¡No! a los ingleses, e hizo retroceder al imperio.

Rosa Parks en Alabama se negó a ceder su asiento en el bus a un viajero blanco como lo establecía la ley, debió pagar una multa de $14, pero desató un boicot contra el transporte que detonó la lucha por los derechos civiles en su país.

¡No! Dijo el Presidente Figueres Ferrer y nos liberó del ejército con su onerosa carga para el país, permitiendo que los recursos se usaran en educación, vivienda, salud y muchos otros preciados logros.

Chico Méndes dijo no a la destrucción de la Amazonia y Martin Luther King dijo no a la discriminación racial. Ambos pagaron con sus vidas, sus gestas los inmortalizaron.

Muhammad Alí sufrió 3 años de suspensión en su carrera por haber dicho no a la guerra de Vietnam y negarse a cumplir servicio militar.

En las protestas de Tian'anmen en China, un joven rebelde dijo no a los tanques de guerra y se plantó valientemente frente a ellos. Ese mismo año los alemanes dijeron no al muro y lo derribaron.

Los chilenos pusieron fin a la dictadura de Pinochet en un referéndum donde votaron no y acabaron con una de las más oprobiosas tiranías.

Al inicio del milenio los argentinos dijeron no a la corrupción y a las ruinosas privatizaciones. Desafiaron al ejército, el toque de queda y al gobierno hasta que obligaron a De la Rúa a marcharse, luego hicieron lo mismo con el FMI.

Suiza dijo no a la Unión Europea y hoy día es el país con el mayor desarrollo humano del planeta, nadie se atrevería a decir que por ser un país del tamaño de Costa Rica, "quedarse afuera" significó una desventaja. Holanda y Francia dijeron no a una Constitución ajena.

Rachel Corrie, enfrentó un tractor que la aplastó mientras demolía hogares de palestinos en los territorios ocupados por Israel, su causa por la paz vive.

En el 2000 dijimos no al Combo, tres años después dijimos no a la invasión de Irak donde un sí apoyando la coalición sigue avergonzándonos. También dijimos no a un Tratado mal negociado, donde hasta quienes lo apoyan reconocen "que no es lo mejor".

Marchamos contra la corrupción y los "premios" que saquearon instituciones que ahora quieren privatizar. Volvimos a las calles el 26 de febrero reiterando el rechazo al TLC, lo que forzó la convocatoria de un referéndum y obligó a Arias a ceder, pese a que insistía que "las elecciones habían sido el referéndum".

Por eso, lo mejor es decir No al TLC, porque así en el futuro se puede negociar algo mejor, sobre todo, conociendo la baraja del enemigo y los enormes yerros del CAFTA, que para decirlo en sencillo, fue como comprar un traje hecho a la medida, pero de los otros…