Renovado Liderazgo

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Por Flora Fernández


El fin de la huelga de hambre, marca el inicio de una nueva forma de lucha y también un nuevo liderazgo.

David, Rosibel y Andrés junto con otros 11 compañeros de ayuno, agotaron toda vía para hacerse escuchar en su clamor contra la minería que es compartido por más del 90% de los habitantes del país que rechazamos la minería a cielo abierto en Crucitas y cuya autorización o rechazo está muy cerca de llegar a una decisión final.

Ellos junto con muchos otros estudiaron el tema a fondo, analizaron, reflexionaron y actuaron con formas originales, pacíficas, pero sobre todo firmes y honestas. Emprendieron caminatas y en cada recorrido sacudían la conciencia nacional y de los pueblos por los que pasaban. Coordinaron con instancias legales, ambientales, sociales y morales las acciones hasta que agotada toda posibilidad llegaron a la medida extrema de una huelga de hambre que desnudó la insensibilidad, indiferencia y falsedad de quien ocupa la silla presidencial.

El sacrificio no fue en vano, provocó angustia entre quienes nos oponíamos a la minería y veíamos cómo pasaban los días y algunos medios de prensa en abierto apoyo a Laura Chinchilla, guardaban calculado silencio respecto a lo que ahí acontecía, mientras día a día simpatizantes de la causa les acompañaban, llevaban flores y abrigos, canciones y esperanza, mensajes y sobre todo mucho amor.

Cual Poncio Pilatos, Laura Chinchilla envió a su mediocre vicepresidente que sigue sin entender a quien debe servir, con una nota donde instruía levantaran la huelga de hambre -no lo hizo vía decreto porque luego no podría revocarlo- y así se escudó para no cruzar la calle y mostrar un poco de humanismo y compasión cristiana de la que alardea. De esa manera se desnudó y cumplió con el refrán "dime de qué alardeas y te diré de qué careces".

Cuando Laura Chinchilla irresponsablemente se va a Colombia sin dar importancia alguna a lo que acontecía frente a su Despacho, el clamor de muchos fue pedir a los que se encontraban en huelga de hambre que depusieran la misma, porque ese decreto firmado por Arias, fue reafirmado por Laura. Ellos llegaron dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias, pero ante la contundencia de los argumentos de quienes les pedían iniciar una nueva forma de lucha, escucharon y abandonaran la que demostraba no conmovía a la Presidente. Si concluyeron la etapa, fue porque saben que valen más vivos para seguir la lucha, que muertos como los quería Chinchilla. ¡No tenía sentido darle gusto a quien tampoco quiere dar gusto al pueblo y tras atender a quienes pedían con justicia una nueva carretera dijo arrogantemente que no le gustó la presión y estuvo a punto de cambiar de criterio! Escuchar no es un asunto de Laura, más claro no canta un gallo.

Al salir de la huelga de hambre, lo hicieron de forma constructiva, plantaron 14 árboles de almendro amarillo en la acera frente a la Presidencia con los nombres de los que formaron parte de la huelga de hambre y ahí, alimentados con el agua y la noble tierra que los acogió, quedan como testimonio eterno y simbólico de lucha. No hay mejor forma de evidenciar lo lento que es el crecimiento de esos arbolitos para llegar al tamaño de muchos que se ya se cortaron y otros que se cortarían para dejar que el oro de la montaña sea saqueado y así satisfacer la codicia angurrienta de Industrias Infinito.

El liderazgo que surge ahora es muy diferente. Viene de abajo hacia arriba, son jóvenes que emergen como un ícono de un cambio generacional con nuevos valores. Escuchan y se apoyan en adultos para que con su experiencia y conocimientos cooperen y les apoyen, pero las decisiones las toman ellos con seriedad y responsabilidad.

No buscan protagonismo ni reconocimiento. No imponen sus ideas sino que comparten y expresan con claridad su pensamiento y de esa manera educan y convencen. Son capaces de llegar a extremos de sacrificio pidiendo el bienestar del mayor número y no el beneficio personal, la granjería y la prebenda. Son un ejemplo de compasión y empatía, pueden hablar del sufrimiento que representa pasar hambre y frío porque lo padecieron. Saben lo que es dormir como miles de compatriotas a la intemperie y bajo la lluvia. Saben lo que es vencer el agotamiento de largas jornadas de sol a sol. ¿Cuál político ha vivido en carne propia lo que estas personas se impusieron? Aquí no vimos payasadas como dormir en un tugurio con acordeón. En sí vimos a artistas y cantantes arrullándolos y apoyándolos. Si hoy ellos son más grandes y sus espíritus puestos a prueba demuestran una fortaleza nunca antes vista, ante nuestra humilde mirada, se elevan.

De su gesta, se ha logrado una mayor unidad del movimiento social que tras el fraude en el referéndum, donde en lugar de culpar a los Arias y sus acólitos de los abusos y violaciones cometidas en el proceso, así como la aceptación de un resultado emitido por el poco fiable TSE, se repartieron culpas entre compañeros de lucha. Toda derrota se caracteriza por su orfandad, esa no fue la excepción. Los defensores de Crucitas no culpan a nadie y más bien pusieron a prueba su resistencia.

Este nuevo liderazgo no es piramidal o jerárquico y no aspira al poder para concentrarlo sino para distribuirlo a través de las redes que surgen de manera espontánea. En forma anónima y generosa varios equipos apoyaron la gesta, facilitaron el desarrollo de grupos de pensamiento, reflexión y acción para que actúen en forma independiente (al estilo de los comités patrióticos), pero también interdependientes para coordinar acciones. No se siguen reglas o instrucciones porque la guía es un nivel de conciencia superior y elevado, así desde los niveles bajos y hacia arriba las decisiones obedecen a criterios de entendimiento entre las personas y búsqueda de la paz, de respeto a la Creación, de equidad y reconocimiento de los derechos de las minorías, de protección a los más débiles sean estos niños, ancianos o personas con discapacidad.

Una nueva forma de ver el mundo guía este renovado liderazgo donde se rechaza todo tipo de competencia incluyendo la de sexos y se inclina por la cooperación, por ser todos complementarios. No siguen dogmas ni doctrinas pero sí una profunda convicción de lograr un mundo mejor y más espiritual, no religioso. Reconocen la necesidad del consumo pero este debe ser racional y frugal. Ven el mundo de manera holística y el amor a la Madre Tierra les guía en toda acción.

El campamento se levanta pero no deja cenizas ni suciedad. Deja una esperanza de vida en los arbolitos, mientras muchos focos de lucha han surgido y seguirán emergiendo desde las catacumbas donde los dirigentes somos todos y no es nadie.


Fuente: Diario Digital El País

Foto: Edison Valverde


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