- Matar por gusto
Por Tom Turnipseed, Counterpunch
Los profesionales exitosos disfrutan de su trabajo. El Gobierno de Obama ha escogido a un guerrero exitoso y feliz, el general del Cuerpo de Marines, James N. Mattis para dirigir el Comando Central de EE.UU. El comando incluye a todas las fuerzas de EE.UU. en Afganistán, Iraq, todo Oriente Próximo y Asia central. Mattis se deleitó al decir que “es divertido matar a cierta gente” y “tened un plan para matar a todo el que encontréis”.
Matar es la clave para el éxito de acciones militares. Matar a suficientes insurgentes posibilita que las fuerzas invasoras y ocupantes de EE.UU. sometan y subyuguen a los sobrevivientes. Los verdaderos vencedores en Oriente Próximo son las corporaciones basadas en EE.UU. que quieren explotar los recursos de países ricos en energía y minerales como Iraq, Afganistán e Irán. Los mercaderes de la guerra corporativos de la industria de la defensa ganan como reyes. Suministran los instrumentos para los asesinatos, los mercenarios contratados y otros materiales, equipos y suministros derrochadores y costosos para nuestras interminables guerras contra el terror.
Mattis tiene un sólido currículo en el negocio del asesinato militar. Fue teniente coronel en la invasión de Iraq por EE.UU. en 1991, dirigió a los marines en la invasión de Iraq en 2003, encabezó el ataque de EE.UU. contra la ciudad iraquí de Faluya en 2004 y ayudó a planear el sitio que destruyó la ciudad y mató a miles de civiles iraquíes. Mattis también comandó las primeras tropas que llegaron a Afganistán en 2001.
Describiendo sus sentimientos sobre la gente en Afganistán, el general Mattis dijo: “…es una tremenda diversión dispararles. En realidad es bastante divertido combatir en su contra, sabéis. Es terriblemente gracioso. Es divertido disparar a alguna gente. Estaré ahí mismo con vosotros. Me encanta la pelea”.
El autor Thomas Ricks escribió que Mattis dijo a sus soldados que: “Sed corteses, sed profesionales, pero tened un plan para matar a todo el que encontréis”.
Según las informaciones Mattis dijo a sus soldados durante la Operación Tormenta del Desierto en Iraq: “Es la misión de cada marine en el batallón que envíe a un iraquí muerto de vuelto a su mamá”.
Tal vez el general del ejército en la Segunda Guerra Mundial George S. Patton, Jr., sea un modelo para Mattis en su glorificación de la locura militar y el placer de matar. Patton dijo: “¡Magnífica! En comparación con la guerra todas las otras formas de esfuerzo humano son reducidas a la insignificancia. ¡Que Dios me ayude, me encanta!” y “Ningún hijueputa ganó una guerra muriendo por su patria, la ganó haciendo que el otro pobre hijueputa muera por la suya”. Patton también dijo: “EE.UU. adora a un vencedor, y no tolera a un perdedor, por eso EE.UU. nunca ha perdido una guerra y nunca la perderá”. Por cierto, eso fue antes de nuestras malhadadas aventuras militares en Corea, Vietnam y Afganistán.
El secretario de defensa Robert Gates calificó a Mattis como “uno de los dirigentes en el combate y pensadores estratégicos más destacados de nuestras fuerzas armadas, y trae consigo una mezcla esencial de experiencia, discernimiento y perspectiva a este importante puesto”. Cuando se le preguntó por la retórica sedienta de sangre de Mattis, Gates hizo caso omiso de una reprimenda oficial contra Mattis y dijo que fue hace cinco años.
En Afganistán, las fuerzas de EE.UU. y de la OTAN siguen aumentando. La cantidad de estadounidenses muertos hasta ahora durante este mes es 23, con 14 muertos la semana pasada. En junio, murieron 102 soldados de las tropas de ocupación, incluidos 60 estadounidenses. 1.149 soldados estadounidenses han muerto en la guerra en Afganistán, y una cantidad innumerable de civiles afganos. No hacemos recuentos de víctimas del “enemigo” porque, como dijo el secretario de defensa Rumsfeld, “la muerte tiene una tendencia a alentar una visión deprimente de la guerra”.
Nuestra crisis económica está directamente vinculada al coste de la guerra. Cuesta un millón de dólares por año mantener a un solo soldado en Afganistán. El presupuesto 2010 del Pentágono es de 693.000 millones de dólares, lo que sobrepasa todos los demás programas de gastos discrecionales combinados –mientras nuestro déficit aumenta vertiginosamente-. Necesitamos desesperadamente dinero para crear puestos de trabajo ecológicos, reconstruir nuestra infraestructura que se desmorona y mejorar la educación.
El presidente Obama reemplazó al general McChrystal por el general Petraeus como general comandante de las fuerzas de EE.UU. y de la OTAN en Afganistán. McChrystal había hecho observaciones despectivas sobre Obama y la conducción de la guerra por su Gobierno. Petraeus era jefe del Comando Central y será reemplazado por Mattis. Obama dijo: “La guerra es algo más grande que cualquier hombre o mujer, sea soldado raso, general o presidente”.
La guerra en Afganistán es una gran perdedora. El cambio de las tumbonas para incluir a otro militar demente que piensa que “es divertido matar” no impedirá que se hunda como el Titanic. Sólo el fin de la guerra salvará a Obama.
Un reciente sondeo de ABC / Washington Post estableció que la gente piensa que la guerra no vale la pena, por un margen de 53 a 44. Un sondeo de NBC/Wall Street Journal dijo que un 62% del pueblo estadounidense dice que el país va en la dirección equivocada y que la tasa de aprobación de Obama es de 45%, con una desaprobación de 48%.
El presidente Obama fue el político más exitoso en EE.UU. que pareció encantado de ser elegido al máximo puesto en el país. El cumplimiento de su promesa de paz, esperanza y cambio habría sido exitoso. Sin embargo si no concluye la locura militar de matar por diversión se convertirá en un perdedor en 2012 y condenará a la ruina a su partido en noviembre.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens.
Fuente Rebelión
Original en inglés aquí
El énfasis es nuestro
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