Sardinal: laboratorio y Símbolo Nacional

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Los ojos del poder miran hacia Sardinal, las razones son varias: el pasado domingo 9 de noviembre la comunidad de Sardinal recibía al ministro de ambiente, señor Roberto Dobles con sus acompañantes y a representantes de SENARA, con motivo de que, en un primer momento se escucharan las demandas e inquietudes de la comunidad para luego, en un segundo momento, la comunidad escuchara también el informe de la autodenominada Comisión Interinstitucional, compuesta por funcionarios de SENARA, AyA y el MINAET, en relación con el estudio solicitado por esta instancia que intenta determinar la capacidad de abastecimiento del manto acuífero asentado en dicha localidad.

Al evento se presentaron también diversas personas, representantes de instituciones grupos y asociaciones que por la naturaleza de su quehacer estaban involucradas, unos para bien, dichosamente la gran mayoría, otros menos para mal.

Después del evento una suerte de confabulación mediática se puso de manifiesto: los noticieros oficiales destacaron un único aspecto de la propuesta general del evento, este consiste en hacer ver que la defensa del recurso hídrico en Sardinal se reduce al hecho de comprobar si el manto acuífero tiene o no capacidad de abastecimiento.

De ningún modo se comenta la demanda exigida por la comunidad de hacer manejo integral del recurso hídrico, tomando en cuenta factores como la necesidad de establecer control sobre la regulación en los permisos de construcción, la protección del bosque en lo que queda de los cerros arruinados por las construcciones turísticas, el manejo de la microcuenca, la implementación de planes reguladores y por supuesto la participación de la población como actor protagónico del desarrollo. Valga agregar que este fue discurso central y transversal del la reunión en el cual encajaba la exposición del informe.

Las cosas se presentan de este modo porque Sardinal se ha convertido en un importante laboratorio. En primer lugar, esta comunidad sirve como lugar de construcción y prueba de un arma con la cual se pretende despojar a la clase trabajadora y popular de su derecho al agua, esta arma está contenida en la figura del FIDEICOMISO. Si gana el gobierno en la lucha de Sardinal se habrá legitimado con ello un instrumento que seguirá aplicándose para la privatización de este servicio vital. Si los ricos del país y del mundo controlan el abastecimiento de agua tendrán control absoluto sobre las vidas de la población en general.

En segundo lugar, Sardinal se convierte en laboratorio porque también instituciones de carácter estratégico prueban la posibilidad de resignificar o cambiar el contenido social que inspiró su creación. En relación con esto tanto el MINAET como el AyA, han sido invadidas por intereses de tipo alienígeno que no guardan ningún vínculo con los valores que motivaron su fundación.

Es decir, en este laboratorio se construye el marco de un nuevo ordenamiento institucional que lo despoja del contenido social entre tanto lo obliga a servirse del lugar que el mercado le otorgue, en consecuencia, sometiendo al país a la pesadilla de la institución ajena. Como personificaciones es de esos bichos parasitarios que succionan la sabia de nuestras instituciones aparecen las figuras de don Ricardo Sancho y don Roberto Dobles. Por identificar solo dos de las causas de la sintomatología de un país donde sus símbolos patrios agonizan en vigencia.

Pero también Sardinal es laboratorio de la democracia participativa:
en esta comunidad fueron identificados y marginados quienes con actitudes demagógicas y utilitarias ofrecieron soluciones superficiales y eufemísticas a un problema que es de vida o muerte. En esta comunidad se obligó al ministro Dobles, a la diputada Mauren Ballesteros, y a otras figuras de autoridad, a sentarse en las mismas condiciones en las que se sienta cualquier sardinaleño o sardinaleña. En esta comunidad convergen sectores, grupos y personas que al abrigo de la lucha por la defensa del agua imaginan y proponen un modelo de país realmente más justo y equitativo, además, donde se reconozca a la naturaleza en su condición de conviviente con los seres humanos.

Con todo, al finalizar la actividad los asistentes rehusaron cantar el Himno Nacional, un acontecimiento sublime no puede ensuciarse con los valores de los cuales eran portadores el ministro y sus seguidores. Por eso Sardinal se está convirtiendo en un estandarte de libertad, aquí se presencia el nacimiento de un nuevo SÍMBOLO NACIONAL.


Juan Félix Castro Soto

Cédula: 2-408-068.
Pastoral social, Diócesis de Tilarán




El énfasis es nuestro




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