Minería no metálica en río Lagarto, un desastre ambiental

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La problemática en breve

El río Lagarto nace en las zonas altas de Santa Elena de Monteverde, y recorre 46 kilómetros, antes de desembocar en la playa Bajo Piñuelas cerca de Punta Cocorocas.

En su trayecto, drena 16 mil 864 hectáreas y recibe el agua de 17 quebradas con nombre y numerosos cursos de carácter intermitente.

Sin consultar a las comunidades, e ignorando la importancia que el río Lagarto tiene para las comunidades, empresas, fincas y universidades establecidas en sus márgenes, el Ministerio del Ambiente y Energía, mediante Resolución R-297-2007-MINAE, publicada el 3 de agosto 2007 en La Gaceta, otorgó concesión a Servicios Mecánicos de Miramar S.A. para extraer materiales en una sección de 2 mil metros lineales y poco más de 16 hectáreas.


La concesión incluye la instalación de un quebrador en la sección norte de la concesión, cerca de la quebrada Madre Vieja.

Actualmente, se tramitan dos nuevos permisos, 200 metros aguas arriba y 200 metros aguas abajo del puente sobre el cruce del río Lagarto en la Carretera Interamericana Norte. Cada uno pretende 2 kilómetros de longitud, ambos incluyen quebrador y uno de ellos pretende la instalación de una fábrica de concreto.

Aunque esos permisos no se han otorgado aún, representan junto con la concesión otorgada y el quebrador ya instalado, una seria amenaza para las comunidades, empresas y personas que utilizamos el agua del río Lagarto, mediante pozos, acueductos rurales y uso directo.





Muerte de vida acuática


Hemos documentado la muerte de peces de mayor tamaño en el cauce del río Lagarto por el impacto directo de las labores de extracción de materiales. También observamos, en compañía de autoridades ambientales del Àrea de Conservación Arenal – Tempisque, la mortalidad de pececitos pequeños en el canal del efluente procedente del quebrador, entre ellos mojarras, machín, sabalito, guapotes, sardinas, barbudos y olominas.

Debido al desvío de la corriente del río se produce el desecamiento de sectores del lecho del río, se forman pozas cuya agua se calienta hasta evaporarse totalmente produciendo la muerte de los animales contenidos en ellas.
Los lugareños refieren que al inicio de la explotación, en el mes de noviembre, el río “apestaba” por el fuerte olor a camarón que se encontraba muerto en grandes cantidades producto de la explotación.


Fuente y más información en :

Minería no metálica en río lagarto


*el énfasis es nuestro

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