Por: César López Dávila.
Compañeras y compañeros ICEISTAS, ya desde algunos días atrás quería compartir con ustedes el siguiente sentir, que en adelante paso a hacer de su conocimiento.
Para Marzo del año 2000 quien escribe y les saluda, tendría unos 19 años, trabajaba de noche y fines de semana colocando tarimas y luces para conciertos y otros eventos, para ayudar a mi familia a costear mis estudios, pues de día estudiaba para maestro de escuela en la Universidad de Costa Rica.
Cierto medio día viajaba de San Pedro a San José con un amigo, Marco se llama, cuando el bus se desvió de forma repentina. Al bajarnos supimos que el paso frente a la Asamblea Legislativa se encontraba cerrado por una huelga del ICE. Invadidos por la curiosidad, nos dirigimos a la Asamblea a ver que era aquello que pasaba.
Ahí por vez primera pude ver un antimotín, en un lugar distinto a un estadio de fútbol. La policía estaba lista y en posición, el ambiente era tenso, otros jóvenes tocaban un tambor que con coraje invitaba a quedarse. Gente había mucha; sus camisas amarillas, su mirada firme, su puño arriba, su piel asoleada y sus banderas del ICE y de Costa Rica asomándose por lo más alto. Ahí también hablamos con muchos de ustedes, mujeres y hombre valientes, que nos explicaron por qué estaban ahí; las razones eran justas y decidimos quedarnos acompañando la consigna ICE SÍ COMBO NO.
Al terminar la jornada, se acordó hora de encuentro para la siguiente mañana, ustedes partieron rumbo a sus hogares, al encuentro de sus familias, y nosotros regresamos con otros jóvenes a la Universidad de Costa Rica, para presionar a las autoridades universitarias, a que declararon Paro Activo, como así lo hicieran esa misma tarde. Sobra decir, que desde ese día, nos sumamos de lleno a la lucha que ganara Costa Rica, pues liderada por ustedes, el pueblo la hizo suya.
A partir de esas jornadas, me cambió por completo la vida. Junto a ustedes, a su ejemplo, a su casco y coraje, a su pala y escalera, aprendí (cómo quién sabe cuántos jóvenes más) la importancia de organizarse y que nadar contra corriente, es inteligente cuando la causa es justa. Aprendí que los derechos se exigen y no se mendigan y que los principios solidarios de Instituciones del Estado Social se defienden, aprendí en fin, a defender eso que llaman Patria sin hambre, con techo, con cultura, soberana; dueña de sus riquezas naturales y señora de sus destinos.
Hoy comprendo más que nunca la enorme labor patriótica asumida por ustedes, la lucha sin cuartel, contra toda adversidad que heroicos han dado y seguirán dando, lucha de la que la huelga victoriosa contra Milicon, y las jornadas exitosas contra el COMBO ICE – por mencionar tan solo dos ejemplos – son cada una un paso más de su travesía del desierto, que patrióticos emprendieran firme el paso, agigantadamente resistiendo, para encontrarse codo a codo y corazón a corazón, con tantas y tantos costarricenses que siguiéndoles el paso y el ejemplo, nos sumamos al Movimiento Social que hoy adorna a Costa Rica.
Muchas son sin duda las amenazas que desde el COMBO del ICE, pasando por el TLC y hasta nuestros días, a tiempo denunciamos y combatimos a más no poder. Amenazas que hoy, gracias a manipulaciones mediáticas basadas en el miedo, fecundado en memorándums y parido desde el mal gobierno, y gracias a las grandes necesidades materiales de miles de costarricenses que viven en condiciones paupérrimas, se concretizan para marchitar la solidaridad y la justicia social en Costa Rica.
Muchas son las engreídas ofensivas con que este gobierno y los pequeños pero poderosos grupos que representa, pretenden, hacer de Costa Rica una tierra arrasada por su libre comercio. Una tierra arrasada, dónde cada vez más se posiciona, como actor principal del escenario, el progreso de algunos cuantos privilegiados, los negocios de algunos, las billeteras de algunos gordas como sapos; en vez de la justicia social, la solidaridad y la dignidad humana de las grandes mayorías de nuestro pueblo.
En los próximos días posiblemente aprueben por fin, la ley que arrebate a los costarricenses los principios solidarios del ICE, esto no solo acabará con el modelo social de la institución que ustedes tanto han defendido y que nos han enseñado a defender a tantos otros, sino que además terminara encareciendo las tarifas de los usuarios, tal y como lo denunciamos.
Nada nuevo, lo esperábamos, recordemos que si por ellos fuera, lo habrían hecho desde hace diez años, como trataron de hacerlo sin éxito, desde el inicio mismo del gobierno de Miguel Ángel Rodríguez. Sí, sin éxito, porque ustedes no los dejaron, y nos contagiaron a cada vez más jóvenes, mujeres y hombres a defender no otra cosa que lo nuestro.
En los próximos días sin duda, podrán golpearnos, pero sepamos que solo por un momento podrán hipotecar nuestra Patria. Cada vez más costarricenses comprenden porqué alzamos y seguiremos alzando nuestra voz y ejerciendo el derecho de manifestarnos. Cada vez más costarricenses, se suman silenciosos, a nuestro pacífico y patriótico movimiento, luego de sentirse engañados por las mentiras, los temores y las promesas incumplidas que les hicieron.
Compañeras y compañeros ICEISTAS, junto a ustedes aprendí que más justa y solidaria hay una Patria Grande, para todos, y que ella es como la madrugada, pues mientras unos se duermen esperándola, otros trabajan sin descanso al alba para esperar su llegada.
Mientras existan personas honestas y valientes, que sin pretender inmolarse, sabiendo medir tiempos y fuerzas, no se encuentren jamás dispuestas a engrasar su columna, para hacer reverencia a las políticas del miedo, del egoísmo y la desvergüenza; se podrá desterrar, sin lugar a dudas, al modelo neoliberal impuesto, que a todas luces carcome como un cáncer nuestra Patria.
Habrá nueva Costa Rica. Habrá de nuevo un ICE solidario. Se respetará de nuevo el Código de Trabajo en nuestro país. Habrá de nuevo semillas criollas circulando libremente en manos de los agricultores. Habrá agua de nuevo para las comunidades antes que para los negocios que engorden unas pocas billeteras. Porque con el esfuerzo y la suma de la buena voluntad de todas y de todos, construiremos sin duda, más temprano que tarde, un nuevo gobierno popular, inclusivo, solidario, próspero, culto, sostenible, abundante de Justicia Social y Democracia Verdadera, y ese día; ahí estaremos Marco y yo junto a ustedes ICEÍSTAS, y junto a todos nosotros, miles y más miles de compatriotas contagiados por su ejemplo.
Ese día, nace ya a cada momento, en cientos de nacientes de esperanza, que recorren locas de organización y alegría montañas valles, alamedas, caseríos y sabanas; buscando juntarse en la gran corriente de la Nueva Patria. Mientras tanto, y siguiendo la voz del Martí que nos dijera, como muchas veces la dignidad de muchos recae en las espaldas de pocos, me despido y doy fe del compromiso que asumo en la presente, de estar frente a la Asamblea Legislativa, el día que aprueben la ley con que pretenden marchitar al ICE que tanto hemos defendido, junto a cada costarricense que desee sumarse, para nuevamente desde ahí, bajo sol o lluvia, una vez más, recordarles a quienes celebren flores de un día, hinchados de orgullo y egoísmo que los muertos que ellos celebran, ¡gozamos de buena salud! Y que frente a un pueblo profundamente organizado; no hay billetera que valga!
¡Otra Costa Rica es posible!
¡Justicia Social y Dignidad para todos!
¡Venceremos!
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