Flexibilidad laboral, cáncer de Centroamérica
Alexander Araya*
El pasado viernes 25 de enero, la Universidad Estatal a Distancia (UNED)realizó una videoconferencia en conjunto con el Foro Social Mundial y la Red Laboral Centroamericana, en el marco de la Implementación del TLC con los Estados Unidos.
Esta "Campaña Regional contra la Flexibilidad Laboral resultó ser una triste visión panorámica de las realidades de nuestros países centroamericanos y de la sistemática violación de los derechos de los y las trabajadoras.
Empezando por el norte, los representantes de Guatemala denunciaban las nuevas políticas que se proponen para el pago de los salarios a los y las trabajadores. Entre ellas, se destaca el llamado "salario por productividad", ilustraron con el cruel chiste de que cada secretaria ganaría por carta escrita y por taza de café servida, en vez de ganar su dinero por hora de trabajo. Además, existe preocupación de los sindicatos por un proyecto de ley que propone limitar la huelga a quince días máximo y por la intención de los empresarios de despedir a trabajadores según los resultados de "las evaluaciones de desempeño", que son empleadas actualmente como mecanismo para dar ascensos o incentivos salariales, y cuyo fin no debe ser perjudicar a los y las trabajadoras.
En el El Salvador, las asociaciones de trabajadores y sindicatos señalaron que han aumentado los empleos temporales y los periodos de prueba sin goce salarial, como estrategias para reducir los costos de producción y aumentar las ganancias de ya sabemos que sectores.
En el caso de las maquilas, se denunciaba que las mujeres sufrían ahora de violación a su derecho a la privacidad, dado que algunas empresas solicitaban pruebas de embarazo y de VIH/SIDA antes de la firma de cualquier contrato.
Como si el escenario no pudiera empeorar, Nicaragua es el caso más grave de la región.
Según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), se había planteado una propuesta de reajustar el precio de los productos básicos al salario de los y las trabajadoras, pero la iniciativa no avanzó.
Por el contrario, aumentaron las violaciones a los derechos laborales como inexistencia de contratos y jornadas de trabajo de entre 10 y 14 horas sin días libres.
Además, muchos de los y las asalariadas no gozan de seguro, como es el caso de las zonas francas, donde sucedieron más de 8000 accidentes laborales en el 2007 y un 96% de los casos ocurrió a trabajadores no asegurados.
En ese país, el tema de "la precariedad de los salarios" también es urgente: Mientras un obrero de campo, en la siembra o cosecha recibe un salario mensual de 61 dólares, un trabajador de minería tiene un pago aproximado de 96 dólares.
En el caso de los y las trabajadoras de maquila, el salario ronda los 104 dólares. Para establecer la comparación, la canasta básica de Nicaragua posee 53 productos considerados básicos y su precio ronda los 400 dólares.
Por tanto, cada uno de estos sectores tiene un poder adquisitivo de menos de 1/4 de la canasta básica.
En Costa Rica, las denuncias presentadas destacaban el debilitamiento general del sector productivo y el deterioro de la calidad del empleo, generalmente fuera de la Gran Área Metropolitana.
Por ejemplo, se estima que en nuestro país un 42% de los trabajadores privados están asegurados, con un 58% fuera del sistema. También se señala el incremento del subempleo invisible, categoría que agrupa a los y las asalariados por debajo del salario mínimo.
Una situación que afecta a más del 60% de los y las empleadas del sector privado, según las estimaciones de Programa Equidad de Género del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR).
Para concluir, otro caso grave de violación de los derechos sindicales ocurre en Panamá. Según el Centro de Investigación y Desarrollo de ese país, se ha identificado la persecución y sicariato de líderes sindicales, con dos víctimas mortales hasta la fecha.
Además, 47 de cada 100 empleos en el país son informales y solamente el 40% de los trabajadores recibe el salario mínimo establecido por la ley.
Otra preocupación es que sectores como el servicio público y la banca-finanzas tienen prohibición para conformar sindicatos, lo que impide hacer valer los derechos de los trabajadores.
Como se observa, la flexibilidad laboral es una preocupación vital de nuestros países y debemos tomar acciones antes de que la situación sea aún más grave, principalmente porque parece ser una estrategia exitosa de los grupos económicos y políticos para aumentar sus ganancias a costa de los derechos más básicos de la población. En resumen, el hambre de muchos sigue pagando los lujos de unos pocos. Muy pocos.
Para mayor información y denuncias, puede visitar el sitio
*Sociólogo
Fuente: Informa Tico
El énfasis es nuestro
Caricatura: El Roto
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