Guatemala: Álvaro Colom asumirá un país devastado por pobreza

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  • El mandatario electo Álvaro Colom tendrá a partir de enero el difícil reto de reducir el deterioro social en Guatemala.


Por Gilberto Lopes, redactor

Un país devastado por la pobreza y la violencia recibirá el próximo 14 de enero el presidente electo de Guatemala, Álvaro Colom, quien derrotó en segunda vuelta electoral al general Otto Pérez, candidato del Partido Patriota, un excomandante experto en lucha antiguerrillera.

Colom, un ingeniero industrial de 56 años, sobrino del líder de la socialdemocracia guatemalteca, Manuel Colom, asesinado en 1979, es un empresario de maquilas y líder de la Gremial de Exportadores No Tradicionales.

Llega al poder en su tercer intento, al frente de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) que, como los demás partidos en contienda, expresan desde su nombre, una confusa amalgama política.

Aunque la UNE fue aceptada en la Internacional Socialista, gracias a los auspicios del PSOE español, es un partido ideológicamente amorfo, se puede leer en una presentación de la UNE, de cara a las elecciones recién pasadas.


Cifras dramáticas

Desde la intervención militar norteamericana contra el gobierno reformista de Jacobo Arbenz, en 1954, Guatemala no ha podido enfrentar el dramático deterioro de la situación política y socioeconómica en que viven sus habitantes.

Las cifras son, hoy, asombrosas, y explican en gran medida, la violencia social que se vive en ese país.

Datos de la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos del 2004, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), revela que dos tercios de la Población Económicamente Activa (PEA), integrada por unos cinco millones de personas, no alcanza a ganar el salario mínimo, equivalente a unos $185. Otro 25% de la PEA (que junto con el 66% anterior conforma el 91% del total) gana menos de dos salarios mínimos.

Solo el 21% de la PEA está cubierta por el seguro social y casi el 80% restante no cuenta con ese seguro, una cifra que prácticamente coincide con la división de los trabajadores entre el sector formal e informal de la economía.

Pero los datos son aún más tristes: los jóvenes entre 10 y 17 años constituyen el 15% de la PEA, casi todos trabajando en el sector informal de la economía, lo que quiere decir que lo hacen con salarios inferiores al mínimo y sin seguridad social.

En el año 2000, 56% de los 6.4 millones de Guatemaltecos vivían en condiciones de pobreza; 16% de los cuales estaban en condiciones de pobreza extrema, según estudios publicados en ese país.

Los datos existentes sugerían además, que, en Guatemala, la pobreza es mayor que en otros países de América Central, y que se trata también de una pobreza más profunda y más severa. Desde entonces, nada indica que esa situación ha mejorado.

Uno de los resultados de esa situación es la violencia muy extendida que se vive en Guatemala, donde el tema de la inseguridad fue uno de los más importantes de la campaña.


Modelo hace agua

Por otra parte, la industria de la maquila es un ejemplo del modelo de desarrollo aplicado en Guatemala y en el resto de Centroamérica, con resultados similares.

Un artículo de la agencia de prensa IPS, reveló hasta dónde llegan las condiciones de trabajo en esas industrias. Unas 70 mil personas estaban empleadas en la maquila en ese país, y de ellas un 80% son mujeres jóvenes.

Amparadas en la Ley de Fomento y Desarrollo de la Actividad Exportadora y de Maquila, que las exime de pagar el impuesto sobre la renta durante 10 años, esta industria impone jornadas de 12 a 14 horas a sus trabajadoras, sin descansos.

Cuando se acerca el plazo de los 10 años de vigencia de la exoneración, los industriales cierran las fábricas para volverlas a abrir en otro lugar del país, con otra razón social y se acogen de nuevo a la exoneración.

Pese a todo esto, y a la vigencia del Tratado de Libre Comercio (CAFTA, por su siglas en inglés) con Estados Unidos, el año pasado cerraron sus puertas unas 20 empresas textiles, y unas diez más cerraron este año.

Algunos estudios ya señalan, además, los efectos negativos de dicho tratado en otras áreas de la economía guatemalteca.

El país enfrenta ya la amenaza de la primera demanda en el marco de las normas del CAFTA. La empresa ferrocarrilera Railroad Development Corp. (RDC), que opera en el país bajo el nombre de Ferrovías, argumenta que decisiones del gobierno guatemalteco atentan contra sus intereses y, con la asesoría profesional de la exnegociadora norteamericana del tratado, Regina Vargo, podría llevar el Estado guatemalteco al Centro Internacional de Resolución de Controversias relacionadas con la Inversión (ICSID), con sede en Washington, par dirimir la demanda.

De perder, Guatemala deberá pagar a Ferrovías $15 millones por concepto de indemnizaciones por inversiones; otros $50 millones por beneficios que supuestamente dejaría de percibir en los 40 años de concesión, y algunos otros gastos millonarios.

Pero no solo en ese aspecto Guatemala enfrenta las consecuencias del modelo. La industria del pollo enfrenta ya una competencia que podría terminar con los productores guatemaltecos.

Las exportaciones textiles han caído también. Según el Departamento de Comercio de Estados Unidos, solo en el primer trimestre del año pasado esa caída fue de $51 millones, después de la entrada en vigor del CAFTA.

Las cifras de movimientos de capitales son también negativas y se estima que las exoneraciones contempladas en el Tratado, representarán una merma de los ingresos fiscales por 400 millones de quetzales, unos $52 millones.


Desafíos para Colom

Ante ese escenario, Alvaro Colom no parece ofrecer una alternativa política que entusiasme a los guatemaltecos. Si bien logró un triunfo que parecía peligrar en las urnas, la abstención electoral llegó a 40%.

El presidente contará con apenas 51, de los 158 diputados, seguido por las bancadas opositoras de la Gran Alianza Nacional (GANA), con 37; y el Partido Patriota (PP), con 29. En cuarto lugar quedó el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), del general Efraín Ríos Montt, que obtuvo una bancada de 14 diputados.

El FRG anunció que podría apoyar el gobierno en algunas materias. En todo caso, ambos sumarían apenas 65 diputados, muy lejos de los 80 necesarios para conformar mayoría simple.

La izquierda guatemalteca apenas logró representación parlamentaria. Entre los que estaban amenazados de quedar fuera del Parlamento e, inclusive, de desaparecer como partido, está la URNG, la antigua agrupación guerrillera, que, finalmente, con poco más de 3% de los votos, logró contar con dos parlamentarios, los mismos con que cuenta en la actual legislatura.

Analistas guatemaltecos señalan que desde 2003, se viene produciendo en el país, con altibajos, un nuevo ciclo de luchas sociales, expresado en las movilizaciones indígena-campesinas, y la conformación de la Coordinadora Waqib´Kej en 2003; las luchas contra el CAFTA en el 2004; la resistencia a la minería de metales (consultas comunitarias y luchas en Sololá desde 2005), que sugieren un nuevo escenario político.

La economía guatemalteca creció un 4.6% el año pasado, y uno de los sectores más dinámicos fue el de construcción. El vicepresidente electo, Rafael Espada, dijo que el próximo gobierno pretende continuar con la construcción de infraestructura vial -carreteras y puentes-, pero "alentará" la edificación de casas, "porque Guatemala necesita muchas viviendas para su población".

Espada se refirió también a planes del nuevo gobierno, para crear "áreas o parques industriales, junto con desarrollos de vivienda, en zonas de la costa del Pacífico" guatemalteco, donde la economía muestra mayor dinamismo. El mandatario electo Álvaro Colom tendrá a partir de enero el difícil reto de reducir el deterioro social en Guatemala.


Fuente Semanario Universidad
Sección MUNDO. Edición 563. Año XI


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