TLC y las aletas de tiburón

Por Dr. Freddy Pacheco *
fpacheco@una.ac.cr

Como es común en el traicionero texto del TLC con Estados Unidos, que mediante chantajes y actos delictivos nos quiere imponer el gobierno y algunas grandes empresas (según el vicepresidente saliente Kevin Casas y el casi ex diputado Fernando Sánchez), en la página Nº 2185 (en inglés) se establece como parte de la “Lista Arancelaria de Estados Unidos” el comercio de aletas de tiburón (“Dried shark fins”).

Cuando algunos abogábamos porque el gobierno de Costa Rica prohibiera la exportación de partes de tiburón (como hicieron las autoridades de Bahamas con gran éxito) para acabar, de una vez por todas, con la criminal práctica de cortar las aletas para lanzar luego sus cuerpos mutilados al fondo del mar, ahora tenemos algo más de qué preocuparnos.

Pese a que desde hace 15 años denunciamos tan inhumana práctica y que a partir de entonces se han tomado algunas medidas relacionadas principalmente con el control en la pesca y el desembarco, no podemos estar satisfechos con los resultados en vista de que los comerciantes usualmente encuentran la forma de burlar la vigilancia administrativa.

Lo demostrado es que con la complicidad del Incopesca se siguen matando cantidades desconocidas de tiburones bajo un mar de impunidad deplorable.

Por ello, aunque no cuente con el apoyo de algunos “interesados” conservacionistas a veces muy bien financiados, hemos propuesto prohibir la exportación de partes de tiburón pues a ningún comerciante se le ocurriría ocupar espacio de valiosas aletas (¡vendidas a más de $660 el kilo!) con los cuerpos de poco valor. Sería mucho más fácil regular el comercio y no habría necesidad de andar buscando sitios de desembarque clandestinos en los 1200 km de costa en el litoral Pacífico, como sucede hoy.

Sin embargo lo que hemos encontrado en el texto oculto del TLC conlleva una seria amenaza para el éxito de cualquier acción proteccionista, pues de aprobarse el mismo, no podríamos los costarricenses tomar medida alguna contra el libre comercio de “aletas de tiburón” acordado, sin reserva alguna, con el gobierno estadounidense.

Y para “que no nos falte”, como parte de las listas arancelarias de ambos países, encontramos que se formaliza el comercio de primates, ballenas, delfines, marsopas, orquídeas, reptiles, aves de rapiña, loros, guacamayos, cacatúas, tortugas de mar, peces ornamentales, escualos, etcétera. No podría ser mayor la agresión al ambiente.

*Catedrático UNA

Fuente La Prensa Libre Online

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