Por Elizabeth Rodríguez Jiménez, Profesora
Aunque tengo una posición definida sobre el TLC, dejé otros compromisos y me apresté a ver con grandes expectativas el primer debate convocado por el TSE y FLACSO y transmitido por Canal 13 el jueves 23 de agosto. Me llamaba particularmente la atención la participación de dos colegas a los que les tengo profundo respeto y admiración.
A Don Juan Manuel Villasuso lo conozco por sus escritos, siempre atinados y bien fundamentados; muy lejanos
No puedo olvidar el enfoque de desarrollo humano de su curso de economía pública. Su enfoque nos sacaba de los gráficos bidimensionales y de las ecuaciones multivariadas, por lo general tan desprovistas de humanidad, y nos recordaba que el ser humano es medio y fin último de toda actividad económica.
Si yo ya tenía esa sensibilidad hacia el lado humano de la economía, ese que busca maximizar el bienestar y no las ganancias monetarias que enfatizan muchos, ese curso me sensibilizó aún más.
Ese enfoque humano y comprensivo de los cursos de Don Fernando estuvo ausente en su participación en el debate: lo que importa es el comercio, los efectos negativos sobre amplios sectores de la población son secundarios. Ni una salida, ni una propuesta para paliarlos. Algo así
Pero aun en lo meramente comercial sus argumentos fueron débiles; de lo que se trata es de consumir,
Tampoco importan los "daños colaterales" a nuestras mayores conquistas sociales: la salud, la educación, las garantías laborales. En los cursos de Don Fernando aprendí que las dos primeras son componentes fundamentales
Afirma, sin argumentación, que no habrá efectos negativos; al menos en lo que a salud se refiere cabe preguntarse de dónde van a salir las nuevas ganancias que defienden las farmacéuticas, sin que se afecte un comprador
Y para cerrar con broche de oro, el intempestivo serrucho, que se
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