Libertad de expresión en Costa Rica

|





Libertad de expresión en Costa Rica


Por Arnoldo Mora

Hemos vivido en días recientes una campaña —¡una más!— denunciando supuestas violaciones a la libertad de expresión en la Universidad de Costa Rica en perjuicio, supuestamente, de pequeños grupos de estudiantes que quieren hacer propaganda en favor del TLC.

Esta campaña no solo es falsa y malintencionada, puesto que quienes la financian han impuesto un régimen de terror en sus propias empresas, sino que, en la realidad, sucede todo lo contrario. Nuestra Alma Mater y sus órganos de comunicación se han convertido en uno de los mejores guardianes y cultores de las libertades públicas en nuestra alicaída democracia.

La Universidad de Costa Rica, fiel a los principios establecidos en el capítulo primero de su Estatuto Orgánico, hoy más que nunca se ha convertido en “la conciencia lúcida de la Patria”.

Quienes la atacan carecen de autoridad moral para hacerlo, hasta el punto de que se han aliado con el gobierno y se han convertido en su caja de resonancia y en voceros de las cámaras patronales sin mostrar la más elemental apariencia de neutralidad y objetividad, como lo exigen las normas básicas de la ética periodística.

En el caso de este gobierno, el descaro es aún más flagrante. Oscar Arias ni siquiera disimula sus intenciones absolutistas y su vocación antidemocrática, que se han hecho tan evidentes que ya el

Canal 13, el Canal del Estado y, por ende, financiado con los impuestos pagados por TODOS los costarricenses (75% de los cuales no votamos por el partido hoy gobernante), se ha convertido en un medio propagandístico al servicio irrestricto de las figuras del Gobierno y sus actividades e ideas.

Dando muestras de que ni siquiera tiene imaginación y originalidad, pues lo que hace es copiar burdamente lo que hacen otros gobernantes latinoamericanos a quienes critica de boca para fuera.

Oscar Arias ha montado un programa con sus empleadas comunicadoras de la casa presidencial para hacer una especie de coloquios, en que se le formulan dudas y preguntas en torno a su gestión de gobierno que, supuestamente, la gente le hace con el fin de que, con su cansina voz, les dé una respuesta.

Pero el problema es que Arias es un mal comunicador; sus peroratas son tan aburridas que difícilmente hay alguien que tenga tanta paciencia como para soportar sin dormirse una conversación de esa naturaleza. Además, la realidad que está viviendo la gente en la vida de todos los días desmiente de manera brutal la propaganda oficial.

La mejor prueba de lo dicho es que los índices de inflación se han disparado demostrando que, si en los primeros meses de gobierno fueron favorables, se debió no a medidas del gobierno, sino a factores externos como los relativamente bajos precios del petróleo.

Es por eso que la lucha por una auténtica libertad de expresión se convierte en nuestro país en una tarea democrática de las importantes. Si queremos hablar de “democracia” debemos comenzar por predicar con el ejemplo; pues como decía el Apóstol Martí: “La mejor manera de decir es hacer”.


Fuente Tribuna Democrática

Nota: La negrita es nuestra

Caricatura: Mecho



0 comentarios:

 

©2009 Sin pelos en la lengua... NO AL TLC | Template Blue by TNB